15/08/2009 20:41
| Antes de ser proclamado emperador alcanzó renombre como comandante militar al servir a las órdenes de su padre en Judea, durante el conflicto conocido como la Primera Guerra Judeo-Romana (67 - 70). Esta campaña sufrió una breve pausa tras la muerte del emperador Nerón, cuando su padre fué proclamado emperador por sus tropas. En este punto, Vespasiano inició su participación en el conflicto civil que asoló al Imperio durante el año de su nombramiento como emperador, conocido como el año de los cuatro emperadores. Tras dicho nombramiento recayó sobre Tito la responsabilidad de acabar con los judíos sediciosos, tarea que realizó de forma satisfactoria tras sitiar y destruir Jerusalén en el año 70, cuyo templo fué destruido en el incendio. Su victoria fué recompensada con un triunfo y conmemorada con la construcción del Arco de Tito que aun está de pié en Roma.
Bajo el reinado de su padre, Tito cosechó recelos entre los ciudadanos de Roma debido a su servicio como prefecto del cuerpo de guardaespaldas del emperador, conocido como la Guardia Pretoriana, y también debido a su intolerable relación con la reina Berenice de Cilicia. A pesar de estas faltas a la moral romana, Tito gobernó con gran popularidad tras la muerte de Vespasiano y es considerado como un buen emperador por Suetonio y otros historiadores contemporáneos.
Lo más importante de su reinado fué su programa de construcción de edificios públicos en Roma (Tito finalizó el anfiteatro Flavio, conocido comúnmente como el Coliseo). La enorme popularidad de Tito también se debió a su gran generosidad con las víctimas de los desastres que sufrió el Imperio durante su breve reinado, la erupción del Vesubio en el año 79 y el incendio de Roma de 80. Tras dos años en el cargo, Tito falleció a causa de unas fiebres, el 13 de septiembre de 81. La gran popularidad de Tito hizo que el Senado lo deificara. Tito fué sucedido por su hermano menor, Domiciano.
|