«Hay dos clases de teorías sobre el amor. Una de ellas contiene doctrinas convencionales, puros tópicos que se repiten, sin previa intuición de las realidades que enuncian. Otra, comprende nociones más sustanciosas, que provienen de la experiencia personal. Así, en lo que conceptualmente opinamos sobre el amor, se dibuja y revela el perfil de nuestros amores»
« ¿Cómo explicar que el amor concluya si el objeto amado permanece idéntico? Sería preciso más bien suponer -como hizo Kant en la teoría del conocimiento- que nuestras emociones eróticas no se regulan por el objeto hacia el que van, sino al contrario: que el objeto es elaborado por nuestra apasionada fantasía. El amor muere porque su nacimiento fue una equivocación»
«Reprimamos los gestos románticos y reconozcamos en el «enamoramiento» -repito que no hablo del amor sensu stricto- un estado inferior de espíritu, una especie de imbecilidad transitoria. Sin anquilosamiento de la mente, sin reducción de nuestro habitual mundo, no podríamos enamoramos. Cuando hemos caído en ese estado de angostura mental, de angina psíquica que es el enamoramiento, estamos perdidos» XDDD
«El amor es operación mucho más amplia y profunda, más seriamente humana, pero menos violenta –que el enamoramiento-. Todo amor transita por la zona frenética del «enamoramiento»; pero, en cambio, existe «enamoramiento» al cual no sigue auténtico amor. No confundamos, pues, la parte con el todo»
«Se comprende que en nuestra convivencia con el prójimo, nada nos interesa tanto como averiguar su paisaje de valores, su sistema de preferir, que es raíz última de su persona y cimiento de su carácter. Ese fondo, ese núcleo del corazón, es, en efecto, secreto: lo es en buena parte para nosotros mismos, que lo llevamos dentro -mejor dicho-, que somos llevados por él»
«Pero hay situaciones, instantes de la vida, en que, sin advertirlo, confiesa el ser humano grandes porciones de su decisiva intimidad, de lo que auténticamente es. Una de estas situaciones es el amor. En la elección del amado/a revela el ser su fondo esencial. El tipo de humanidad que en el otro ser preferimos, dibuja el perfil de nuestro corazón. Es el amor un ímpetu que emerge de lo más subterráneo de nuestra persona, y al llegar al haz visible de la vida arrastra en aluvión algas y conchas del abismo interior»
«El amor es algo más grave y significativo que entusiasmarse con las líneas de una cara y el color de una mejilla; es decidirse por un cierto tipo de humanidad, que simbólicamente va anunciado en los detalles del rostro, de la voz y del gesto»
«Estudios sobre el amor», J. Ortega y Gasset