Sánchez-Verdú, en una creación como ATLAS, elude ofrecer cualquier viso de literariedad, pese a que en la obra anidan múltiples y densas referencias textuales, convencido su autor de que la música no es sino una forma de pensamiento. Textos de Platón, Tomás Moro, Francis Bacon, Tommasso Campanella, Santa Teresa de Ávila, Luis de Góngora y Soto de Rojas, entre otros, se encuentran diseminados en estas islas en las que, sin embargo, la palabra no nos es cantada, ni prácticamente recitada.
El armazón filosófico nos llegará en forma de resonancias, balbuceos, fonemas apenas intuidos y experimentaciones vocales.
No es ATLAS una obra fácil en ningún sentido, pero los textos están ahí, al alcance de quien quiera poseer un conocimiento más detallado del recorrido filosófico que se traza en esta cartografía de islas. Ello no es óbice para que su audición provoque, en momentos cenitales, auténtica sensación de vértigo en la escucha.