Hace ya bastantes días recibí un mail de Rizzi, contándome que Carmen (tontorrona), estaba muy grave y que le había preguntado “que, si me acordaba de ella”, no tuvo tiempo Rizzi de decirle lo mucho que la recordaba y lo muchísimo que la apreciaba.
Escribo estas pocas líneas como un homenaje póstumo a una persona tan entrañable como tontorrona, tan inteligente y culta, pero sobre todo tan gran persona, tan generosa y cálida.
Ella ya se ha ido y sé que estas líneas no le servirán de mucho, sin embargo, quiero aprovechar esta ocasión, para decirles a los muchos amigos que hice en el trivia del búho, que los llevo a todos en el corazón y que vuestro recuerdo me acompañará siempre.
Pasé ratos inolvidables en el búho, y no puedo evitar que la nostalgia me invada, cuando pienso en ellos, aún más sabiendo que Carmen no está presente.
El poeta William Wordsworth escribió, que:
“Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello,
que en mi juventud me deslumbraba;
aunque ya nada pueda devolver
la hora del esplendor en la hierba
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse.
Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.”
Desgraciadamente el recuerdo de los maravillosos momentos que viví en búho, no me consuela sino que me entristece.
Pero el objeto de estas líneas, no es entristecerlos, sino decirles algo que desgraciadamente no tuve tiempo de decirle a tontorrona, “que los recuerdo mucho y que los quiero”.
Oso