Querida Carmen, querida tontorrona:

Siempre me trataste con mucho cariño. Siempre me diste sabios consejos. Siempre compartiste conmigo lo mejor que tenías: tu tiempo, tus conocimientos, tu sabiduría, tu buen humor, tus anécdotas, tus viajes... Conmigo siempre hiciste de madre, amiga, excelente compañera de juegos y adversaria de enjundia.

Carmen, tu paso por la sala Trivia fue muy parecido a tu paso por la vida: Dejaste tu impronta e hiciste amigos por doquier.

Gracias por haber existido. Gracias por haberme querido y haberme cuidado. Gracias por haberte tomado tantas molestias por mí. Siempre te estaré agradecido por todo. Carmen, gracias por ser un ser humano tan especial.

Descansa en paz, querida Carmen.

Qué pena , lo lamento mucho . Descansa en Paz y que Dios te bendiga , hasta siempre tontorrona . . .