El maestro internacional de ajedrez Óscar Castro murió este domingo de un paro cardiaco en la avenida La Playa de Medellín.

Aunque en un primer momento se dijo que había sido víctima de un atraco, la Liga Antioqueña de Ajedrez precisó que se trato de un malentendido, pues cuando lo encontraron tirado en el piso no tenía su billetera. "Se la habían robado el pasado miércoles, por eso circuló esa versión", aclaró el director de la Liga, Norbey Rodríguez.

Castro era uno de los mejores exponentes del deporte en el país. Su carrera inició en los años 70, siendo aún muy joven (nació en 1953), lo que lo convirtió en toda una revelación. Seis años después, en 1976, le ganó al campeón mundial Tigran Petrosian que venía tuvo una racha de ocho años sin perder. Eso y otros méritos hacen que con honores reciba el título de Maestro Internacional, lo que lo llevó a varias ciudades del mundo.

"Él viajaba por todo el mundo jugando ajedrez, aparte de que fue seis veces campeón de Colombia, era todo un ícono", recordó Rodríguez.

Para el directivo del deporte, el fallecimiento de Castro deja un vacío que hasta el momento ningún jugador colombiano puede reemplazar: "Se sentaba con los jóvenes a explicarles estrategias, les aconsejaba sobre su método de juego, los asesoraba en todo momento".

A la par de que era todo un profesional y que se desvivía por acariciar con sus dedos las fichas de madera o de plástico, era un hombre introvertido, de pocas palabras, menos cuando estaba entre amigos.

"Cuando se sentía en confianza contaba todas sus aventuras, uno podía quedarse hasta diez horas escuchándolo", narró Rodríguez quien también era un amigo entrañable.

De su vida personal poco se sabe. Tiene un hijo en Argentina, una hermana en Colombia y se dice que estuvo casado en España, pero nada más. En la tarde de este lunes se llevará a cabo su funeral en la sala de velación Villa Nueva.

MEDELLÍN