Horacio es un desalmado, un tremendo HP que no dice nada. Todos son cómplices, por cobardes y asquerosos. Es precisamente aquí cuando Horacio se me hace el personaje más odiado de la literatura: por su falta de hombría e inhumanidad. "La muerte de cualquier hombre me disminuye" ¡ES UN NIÑO! ¿ Cómo se puede permanecer indiferente a este hecho? Si es que se muere un animalito o el hijo de un concido o, sencillamente, cualquier niño que vemos en Internet y conmueve, ¿cómo puede hacer algo así con el hijo de su pareja? No me importan sus traumas ni sus conecptois fallidos. De todas las asquerosidades que hace a lo largo de la novela, esta es imperdonable.Y si a alguien todavía le quedan dudas de la grandeza de Cortázar, aquí está este personaje que logra arrancar odios profundos. Por eso me divierte tanto el fragmento de Berthe, porque logra hacerlo un giñapo. Se merece eso y más, mucho más.
Estas son desprolijas anotaciones sobre los capítulos que hubimos de leer durante la semana anterior. Perdón, again.
Primeramente arranca Cortázar con unas anotaciones de Morelli que urde cómo huir de la lógica, el argumento y la ética, como si toda la literatura no tuviera otro fin que quedarse sin palabras, sin personajes, sin argumentos y sin nada de nada… Pues vamos, que en literatura no hay casi cosas que no sean argumento y lógica, ética y personajes… Viene la cita en francés que ya tradujo la Mechiz (a qué abundar, que no sé ni pizca de francés: “Somos aquéllos que en una cierta época o momento, intentaron hacer las cosas, crear en nosotros los espacios de la vida, los espacios que no eran y que no parecen encontrar un lugar.” Rezuma existencialismo, como es lógico. Y quizás también sea lógico que uno de los autores citados sea Artaud, que nos acerca, claro, al “Teatro de la crueldad” pero también a Spinetta y en fin, “todas las hojas son del viento” hubiera sido del gusto de Morelli,creo. Es el arte que se hermana intuitivamente atravesando generaciones?
Lo que no puede menos que llevarnos a Rocamadour, a la Maga y a su charla con Gregorovius mientras se ocupa de su hijo: “… de los buenos sentimientos nace la mala literatura…” “la felicidad es solamente de uno y en cambio la desgracia parecería de todos.” “No sé hablar de la felicidad pero eso no quiere decir que no la haya tenido.” y la historia de una de las madres de Gregorovius con su peluca, que no puede menos que ser tomado como un artificio dentr del artificio que en sí es una novela, artificiosa por donde se la mire. Esto es muy barroco.
Sobre los jardines franceses e ingleses también se explayó la Mechiz, pero podría el lector decir o decidir cuál es el más artificioso, si el que quiere parecerlo o el que deliberadamente se planea como silvestre y algo descuidado?
En el capítulo 25 me llamó la atención la reflexión de Ossip con respecto a las peceras y a cómo el pez puede respetar un límite que ya no está, o cómo no puede no respetarlo. Algo así como la educación, lo cultural, lo que se naturaliza aunque sea artificio (¡otra vez!). Y las sinestesias: “Es tan violeta ser ignorante”.
La próxima reflexión de Morelli me lleva a Bioy a sus transgresiones de las categorías lógicas y claro, a sus propios cuentos, “La noche boca arriba” o “La isla a mediodía”, por decir algunos. Morelli diserta y divaga y justifica la literatura de Cortázar, mostrándose por dentro: “… al final había siempre un hilo tendido más allá, saliéndose del volumen, apuntando a un tal vez, a un a lo mejor, a un quién sabe, que dejaba en suspenso toda visión petrificante de la obra”. (Él dice petrificante, yo diría petrificada.) Se evidencia la crítica a la literatura tradicional, a esa de cuyo paradigma él quiso salir. “Era duro renunciar a creer que una flor puede ser hermosa para nada; era amargo aceptar que se puede bailar en la oscuridad”. El capítulo 60 es todo un homenaje, sin más, ya se habló de eso: artistas que rompieron cánones, como es su pretensión (“su” de Morelli). Otros artistas se cuelan en la conversación de la Maga con Gregorovius: también rupturistas, como se ilustró perfectamente e este hilo. Pero las vanguardias ya habían pasado, Julio! La ruptura ya había ocurrido… (En este tramo también hay infinidad de sinestesias, y me pareció interesante la descripción sobre la conducta de Horacio que hace su amigo: “Adivina que en alguna parte de París, en algún día o alguna muerte o algún encuentro hay una llave; la busca como un loco. Fíjese que digo como un loco. Es decir que en realidad no tiene conciencia de que busca la llave, ni de que la llave existe. Sospecha sus figuras, sus disfraces; por eso hablo de metáforas.” (Artificio literario si los hay, hacer una metáfora de una metáfora, mencionándola además…) Y un final de novela de folletín: ambos se quedan expectantes, oyendo los pasos de alguien que subía. (Recordemos que Horacio está celoso de Ossip y que ni éste ni la Maga son absolutamente inocentes.)
Excelente la reflexión de Morelli sobre la novela como serie de fotos fijas a la que, para darle coherencia, es preciso rellenar con literatura, presunciones, hipótesis e invenciones. El lector asumiría en una obra así un rol activo, participando de la creación al interpretar el texto en algún sentido. Pretencioso y verdaderamente, muy Cortázar.
Totalmente de acuerdo contigo, aditustoto54 . De forma simplificada, una buena novela debe conjugar perfectamente contenido y forma, es decir, tema y recursos literarios. Si tomamos en consideración la polisemia, intertextualidad, intratextualidad, metatextualidad, paratextos, y un largo etc estilístico y la forma en que embonan todos estos elementos con los personjajes y la historia profundamente humana -no todos los escritores logran que los lectores amen u odien a sus personajes, eso es un arte- en que se desenvuelve, llegamos a la conclusión que estamos ante una obra genial y que las técnicas utilizadas no son gratuitas, que detrás hay toda una concepción de cómo debe ser la novela. No entiendo cómo se puede decir de un autor que casi no escribió poemas y que, por el contrario, tiene una obra narrativa impactante -ahí está La noche boca arriba, por sólo nombrar un cuento- que es mejor poeta que novelista. Sí, a Cortázar, a Lezama, a Vargas Losa o se aman -y no es gratuirto- o se odian. Yo les rindo pleitesía.
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