“La ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte... especialmente a las conclusiones.”

Alejandro Dolina.

Es archireconocido y estudiado que los que consiguen más consenso son aquellos que proyectan más confianza en sí mismos.

En toda organización son dos los tipos de gente que escalan posiciones: los más capaces que dudan, titubean, se plantean y replantean todo, pero saben que necesitan actuar y mostrarse confiados siempre, aunque por dentro sean un mar de dudas. Y los idiotas, los incapaces, los ignorantes según Dolina, que no saben que tienen que mostrarse confiados (no saben nada), pero de todas maneras no necesitan actuar porque están convencidos de sus idioteces. Estos últimos son los causantes de esa frase popular que reza “el que sabe, sabe, y el que no es jefe”.

Esto se ve en cualquier organización, un país, una empresa, y hasta en un portal de internet. Cada uno podrá captar cuando hay capaces que mandan simulando estar confiados y cuando simplemente son idiotas, ignorantes, incapaces. Una de las formas de diferenciarlos es que los idiotas se burlan de la duda, no tienen idea de que la duda es signo de inteligencia, es la madre de la ciencia, no saben nada, llegan a las conclusiones a través de la seguridad que les da la ignorancia. Nada bueno puede salir de ahí.

A nivel país, tantas veces en la historia nos hemos sentido representados por brutos incapaces, idiotas, ignorantes.

Macri, por ejemplo, repite como dogma sin ninguna reflexión que lo acompañe que está convencido de que este es el camino a seguir, esta es la política y la economía a seguir, (en realidad es casi imposible encontrar una sola reflexión en ese hombre, todo es dogma apoyado por el blindaje mediático). Y nos estamos yendo a la mierda mal. El blindaje mediático tiene un límite. Después de esta experiencia, es hora de reflexionar y reaccionar, como recientemente ocurrió en México.