¿Vos decís que el video del discurso de Cristina en el Senado es falso porque lo subió a youtube un medio que considerás parcial? ¿Si lo hubiese subido La Nación, se escucharía a Cristina diciendo algo distinto? Además ¿de dónde querés que saque el video yo? La Nación y los medios hegemónicos nunca van a colgar un video que ponga en evidencia sus propias tergiversaciones, eso sería mostrar lo real, sería como hacer periodismo. Tienen que cuidar la gilez de sus clientes.
Porque leo La Nación y también veo los videos que muestran lo que verdaderamente se dijo puedo decir con total autoridad quienes tergiversan, vos solo consumís los medios hegemónicos y se te nota mucho tu afán por negar lo que va en contra de tus prejuicios. Doña Florinda no averiguaba nada, le echaba la culpa a Don Ramón, se indignaba, le pegaba, hacía que Quico se burlara de él y se iba rápido fuera de escena para no dar la oportunidad de que le demostraran que estaba equivocada.
Lo mismo que el sembrador de odio de tu video que resume la historia entera del país en peronismo-antiperonismo. Ojalá fuese tan sencillo como eso, ni siquiera hay una forma de definir políticamente al peronismo. Una porción de mentira, una porción de verdad, una porción de tergiversación y una porción de ocultamiento, y el pelotudo cree que sabe de historia solo porque elige únicamente las porciones que le sirven para llegar a la conclusión que tenía elegida de antemano acorde a sus prejuicios.
No creo que los religiosos se pongan a comparar con lo que realmente dijo CFK, porque la búsqueda de la verdad no es su fuerte, pero es interesantísimo el artículo de Laura Di Marco para aprender cómo es la técnica de tergiversación que le hacen consumir a la gilada:
"El problema no soy yo, el problema son todos ustedes", se enfureció Cristina Kirchner, dice Di Marco, cuando en realidad dijo “yo no soy el problema de este gobierno. El principal problema de este gobierno son ustedes mismos” (hablándole a Michetti), pequeñísimo detalle que con el agregado del “se enfureció” es tergiversado con maestría.
“poco después de que sus colegas, esos "traidores", votaran por unanimidad el allanamiento a sus tres casas,” como dando a entender de que estaba enfurecida con los traidores porque votaron los allanamientos cuando hasta ella misma votó porque la allanaran. En realidad trata a Pichetto de traidor pero por un motivo totalmente distinto, otra excelente tergiversación.
“en el marco de una causa que investiga la mafia de la obra pública y que la tiene, con más evidencias que nunca, en el centro de la mira.”. Repetición propagandística de que unas fotocopias incongruentes son “más evidencia que nunca”, algo que para cualquier legislación sería “más evidencia que nunca” de que se perdió el estado de derecho y de que la causa es armada.
Es maravilloso como con cada párrafo va alimentando la imagen que la gilada compró de ella, total ninguno se va a animar a ver el video.
Lo que tiene que quedar bien claro es que el juez Bonadío está investigando una causa ilícitamente porque no fue sorteado como dice la ley. Lo que tiene que quedar bien claro es que como prueba tiene fotocopias de un cuaderno supuestamente escrito por un ex suboficial de las fuerzas armadas lleno de incoherencias y contradicciones temporales, muy amigo de Orlando Pacífico, otro ex suboficial de las fuerzas armadas que fue quien con su denuncia inició la causa contra Boudou. Lo que tiene que quedar bien claro que los testimonios que va recolectando van de la doctrina Irurzun (Si no decís lo que quiero que digas te quedás preso sin necesidad de probarte nada) y la ley del arrepentido (si incriminás a quien quiero que incrimines te vas a tu casa), dicho con alarma hasta por el ultramacrista Cúneo Libarona. Si alguien piensa que con esa metodología se va a llegar a la verdad es un pelotudo, ahora, si no le importa la verdad y solo quiere que CFK vaya presa me parece bien que se alegre, lo único que me gustaría es que alguna vez tome consciencia que lo que está en juego no es la inocencia de Cristina sino los derechos de los ciudadanos.
Hoy el Banco Central vendió dólar futuro a lo chancho (recordemos que CFK, Kicilof y Vanoli están procesados por Bonadío por vender dólar futuro y seguramente irán presos), el dólar se fue a la mierda igual, el riesgo país se fue a la mierda también (estamos segundos acercándonos a Venezuela de la cual nos salvamos de ser gracias a Macri ¿se acuerdan?).
Mientras tanto, en ciudad gótica los legisladores de Cambiemos festejan:
Podría decirse que el primer "relato" de Cristina empieza con su propia vida. Edulcorando, por ejemplo, las verdaderas condiciones de su infancia en la que sufrió violencia. El colectivero Eduardo Fernández, quien asumió el rol paterno, la ignoraba, mientras que con su madre, Ofelia Wilhem, las trifulcas eran cotidianas. En la casa de los Wilhem-Fernández los platos volaban por el aire, por eso trataba de estar en ella lo menos posible. Con bastante arte, y a través de sus biografías oficialistas (que controló), fue exitosa, también, en ocultar la humilde escuelita 102, de Tolosa, donde cursó la primaria. Un edificio deteriorado, al que le entró un metro y medio de agua durante la inundación de 2013, y al que Cristina nunca ayudó porque jamás se reconoció en aquellas aulas.
Sus primeros pasos en la carrera del ascenso social -una estrategia que diseñó, sin descanso, desde que tenía 9 años, cuando competía despiadadamente por el mejor promedio de su clase con un compañero al que llamaban Alí- se apalancaron en tres hitos fundacionales. Uno fue cuando obligó al colectivero Fernández a asociarse al Jockey Club platense para poder conectar con un círculo social más elevado. El segundo, cuando pidió y logró el pase de una secundaria estatal a La Misericordia, un colegio privado y católico para la clase media. Sus excompañeras la recuerdan como creída y soberbia -aunque también ultrarreservada con su vida privada-, a pesar de que muchas veces no tenía dinero ni para las salidas grupales. Su tercer "logro" fue el noviazgo con el rugbier Raúl Cafferata, hijo de una tradicional familia platense. Aquel romance fue el carnet que necesitaba para orbitar un estrato social que la ninguneaba por no "pertenecer".
Se comprende, entonces, que la aparición de Néstor Kirchner en su vida, con la promesa de "hacer platita" y de blindarla definitivamente con la carrera del poder y la política, haya sido providencial. Aquel santacruceño poco agraciado encajaba justo con su plan de salvación. Por eso se convirtió no solo en su marido, sino en su rescatador, quien además, la llevó bien lejos de aquellos orígenes dolorosos. ¿Qué importancia podía tener, entonces, la forma en que armara su imperio? En el diseño de aquella estrategia obsesiva, el matrimonio se fue apropiando de los emblemas de los ricos, mientras los combatían en el discurso. En 2003, Cristina se encaprichó con comprar un símbolo del estatus: la casa de los Gotti, familia de un poderoso empresario de la construcción, en Río Gallegos. Y más tarde, cuando inauguró Los Sauces, pretendió emular a la glamorosa Ángela Girometti de Guatti con su emblemático Los Álamos, símbolo del lujo y el confort en El Calafate. Su obra culminante es de 2007, cuando le exigió al marido que le dejara la presidencia. Ella estaba desesperada por "pertenecer" y, en el contrato inicial, él le había prometido que sería la primera.
"Soy la primera senadora allanada, la primera presidenta mujer y la primera en ser expulsada del bloque oficialista. Tengo la vocación de hacer cosas inéditas", se autoaduló, en el Senado. Narcisismo de máxima pureza. O, tal vez, narcisismo compensador, como arriesga la médica psiquiatra Graciela Moreschi, que toma la calificación de su colega Theodore Millon. El terapeuta norteamericano, especialista en trastornos de la personalidad, define al narcisista compensador como aquella personalidad anclada en la grandiosidad, que además busca compensar aquello que, en su infancia, ha vivido como déficit. Millon pone como ejemplo a Napoleón.
En el Senado, el radical Luis Naidenoff pronunció una frase que eyectó a Cristina de su banca. "Pueden decir lo que quieran, pero lo que no se puede tapar es la realidad", se despachó. Una bala que pareció dañarla mucho más que cualquier otro reproche. Tal vez porque golpeó sobre la burbuja ideológica en la que vive (¿se protege?): una realidad que acomoda a su gusto y que les transmite a sus adláteres vía Telegram. Un ejemplo de esta semana, donde creyó ver en los cuadernos de Centeno un escrito posdatado: "Las fotocopias de fotocopias de los mal llamados cuadernos es una burda operación armada por servicios de inteligencia y periodistas. Estamos ante una maniobra colosal de terrorismo económico que podría llegar a hacer sucumbir a la economía argentina. Las empresas argentinas perdieron hasta aquí 8000 millones de dólares por efecto de esteaffaire. Asistimos a un drama histórico irreparable".
¿Y los empresarios arrepentidos? Mienten. ¿Y las anotaciones del secretario Larraburu, la confesión de funcionarios K y del propio Abal Medina, jefe de gabinete cristinista? "Abal nunca fue santo de su devoción. Y además, nadie sabe dónde iba realmente el dinero que recaudaba", meten cizaña, en su entorno. ¿Cuentapropismo horizontal? Algo así.
La pelea de Cristina con la evidencia, ¿es parte de una estrategia o ella misma cree esta ficción? La biblioteca de la psicología -también atravesada por la grieta- no puede responderlo con certeza. Una hipótesis psicoanalítica sugiere que la negación es una forma de protección.
Según la terapeuta Laura Gutman, en su carrera por ascender y "pertenecer", Cristina apeló a otros dos mecanismos de compensación: el anhelo de riqueza, como una manera de sentirse más poderosa, y el maltrato (en combo con la soberbia), para sentirse más segura.
Cristina sintió que llegaba a la cúspide de la pertenencia social cuando se convirtió en presidenta. Pero, a la vez, dejó de "pertenecer" cuando Scioli perdió las elecciones. Está claro que, de haber ganado esos comicios, ella hubiera seguido siendo reina. Pero dejó de serlo y le cuesta asimilarlo. El último martes, una multitud se congregó en el Congreso para exigir que se despoje de sus fueros. Su figura concentra, además, el 60% del rechazo social: un porcentaje negativo que no se ha movido en los últimos dos años y que la vuelve una candidata inviable en un eventual ballottage presidencial. En su frenética huida hacia adelante no previó, tal vez, que nada es para siempre.
Federico Andahazi: “Umberto Eco nos deleitó con aquél convento que ocultaba libros maravillosos. El nuestro, mucho más secular, ocultaba aquello que despertaba los bajo instintos del matrimonio presidencial: bóvedas, bolsos, corrupción y abusos. Se sabe, los kirchner nunca fueron grandes lectores”
Los cuadernos de Centeno dejaron a la vista el método de apropiación sistemático de los dineros públicos a través de un rústico sistema retornos entre políticos y empresarios. Esta estructura ya había sido probada con éxito en Santa Cruz. Con la llegada del matrimonio Kirchner al gobierno nacional, se extendió el mecanismo a todo el territorio, aunque el know how y la renta negra quedó en las mismas cuatro manos. Los Kirchner no se caracterizaban por la generosidad sino, más bien, por el desprecio hacia sus secuaces.
Tal vez fue ese mismo desprecio el que llevó a José López a convertirse en arrepentido. Su nueva condición judicial pone algo de luz sobre el misterioso Monasterio de Gral. Rodríguez y depara enormes sorpresas sobre la relación secreta de la Iglesia con el kirchnerismo.
Ironías de la fe, el testimonio de López es una nueva cuenta que se suma a un rosario de arrepentidos y testigos. En estas últimas horas habló otro chofer, cuya identidad quedó bajo reserva, quien declaró haber llevado bolsos con dinero a ese mismo convento.
Este nuevo testimonio demuestra que los bolsos de López no fueron los únicos ni fueron un aislado rapto de misticismo. ¿Quién pagaba el sueldo del chofer que llevaba bolsos al convento? La Universidad de la Matanza, a través del armado de desvío sin controles diseñado por De Vido. El mismo camino del dinero que iba a parar a las manos de Andrea del Boca y Pablo Echarri.
Pero hay una dato todavía más asombroso. Ni Centeno ni el chofer con identidad reservada fueron los primeros en hablar: en agosto de 2016 dos choferes de López, Perrone y Ledesma, declararon ante el fiscal Federico Delgado. ¿Qué dijeron hace dos años? Que era habitual el viaje al convento de Gral. Rodríguez. Perrone, reveló que llevó a López en varias ocasiones y que en una oportunidad lo trasladó al ex ministro de Planificación, Julio De Vido. El testimonio de Centeno, en realidad confirma el de aquellos choferes y consolida fuertemente la serie de testimonios. A partir de las declaraciones de estos cuatro choferes, se deduce la cantidad de bolsos con dinero que fueron a parar al monasterio y explican a las claras para qué servían la enormes bóvedas ocultas debajo del piso de la nave central.
Pero, ¿qué es ese convento? Se le quiso restar entidad, se dijo que no tenía relevancia, que se cerró por falta de fieles y que era una fundación privada, ajena a la Iglesia. Falso. El monasterio pertenecía al corazón de la Iglesia.
El fundador del Monasterio fue Rubén Héctor Di Monte, Arzobispo que condujo la diócesis de Mercedes-Lujan, la más importante del país, hasta 2007. De hecho, vivió en el convento desde 2007 hasta su muerte en 2016.
Di Monte era amigo personal de De Vido y de López. Solía visitarlo Scioli, la esposa de De Vido y Alicia Kirchner. Es decir, ese convento era un de centro espiritual K.
Y acá nos encontramos con un dato increíble: el fundador del Monasterio, Di Monte estaba directamente vinculado a la obra pública. Más aún, a la primera obra licitada del gobierno kirchnerista: la restauración de basílica de Luján que costó más de 100 millones de pesos y 10 años de obras.
¿Quienes eran los anteriores amigos de Di Monte cuando era secretario ejecutivo del Celam y presidente de Cáritas? El represor Pajarito Suarez Mason y el emblemático general de la dictadura Cristino Nicolaides. Pero sus vínculos se extendían a Menem y fue íntimo amigo del banquero Raúl Moneta. Di Monte sabía relacionarse con el poder de turno.
Ahora bien, ¿quién denunció los nexos del fundador del centro espiritual kirchenrista con la dictadura? ¿Un “grupo de tareas de la derecha”, como llamó Cristina a Diego Cabot y los periodistas que sacaron a la luz los cuadernos de Centeno? No, Fue la propia prensa kirchnerista durante su pelea con Bergoglio.
Página 12 y Horacio Verbitsky son los autores de las denuncias que más complican a Bergoglio por sus vínculos con la dictadura y el secuestro de dos religiosos. Notas que luego de váyase a saber qué pacto, Verbitsky decidió bajar del archivo.
Pero sigamos con la trama de los prelados: la mano derecha de Di Monte fue Monseñor Oscar Sarlinga. Sarlinga fue nombrado obispo de Zárate-Campana, pero renunció en 2015 acusado de lavado de dinero, desvío de subsidios para comedores infantiles del Ministerio de Desarrollo Social y tratos abusivos entre otras delicias.
Y aquí lo más sorprendente, ¿para qué usaba el obispo ese dinero mal habido? Se supo que ocultó una retención de fondos de la diócesis para pagar un arreglo extrajudicial por una causa de abuso sexual de un sacerdote que Sarlinga se ocupó piadosamente de cubrir.
Silvana Bentancourt, ex directora de Cáritas diocesana, declaró que fue apartada de su cargo por “permanecer fiel” a sus principios “sin ser cómplice de situaciones indecentes, inmorales y fuera de los sacramentos” de la fe católica, que habría vivido “cotidianamente” en su ámbito de trabajo bajo la órbita de Sarlinga.
Umberto Eco nos deleitó con aquél convento que ocultaba libros maravillosos. El nuestro, mucho más secular, ocultaba aquello que despertaba los bajo instintos del matrimonio presidencial: bóvedas, bolsos, corrupción y abusos. Se sabe, los kirchner nunca fueron grandes lectores.
Cúneo Libarona es uno de los abogados más conocidos y prestigiosos dentro del fuero de Buenos Aires. Es muy amigo de Stornelli y también siempre tuvo buena relación con Bonadío. Además se lo suele ver con asiduidad en programas de TV donde no oculta ser macrista y antiK. Le toca defender al empresario Sergio Taselli por la causa armada de los cuadernos. Lo que dijo en Radio La Red no tiene desperdicio. Por ejemplo:
—“Si Taselli queda preso va a mentir e involucrar a otro. Y qué querés que haga?, se va a quedar preso un hombre de 74 años con un hijo de 4 años….”
—“Está detenido, la verdad que no sé por qué, porque a él le imputan estar en los cuadernos. Los cuadernos hacen mención a que Centeno fue en el auto con estos señores a un domicilio en la calle Wernicke. Taselli explicó que ese domicilio no era de él, (…), en 2017 entró por primera vez a ese inmueble. Incluso aportó el acta de escribano que dice eso.
—”El juez ordenó la detención, sin dar explicaciones. Lo que me resultó raro es que se estaba hablando de los cuadernos, y hasta ahí entendía, pero después le empezó a preguntar de otras cosas. Le preguntó de transporte, que no era el objeto de la imputación. Me preocupa que esto tenga que ser así: tenés que arrepentirte y confesar algo e involucrar gente, si decís que sos inocente quedás preso. Me dio esa sensación y me alarmó cuando me fui. O sea, hay que ir y confesar, sino quedás preso, no me gusta….”
—“Si Taselli confiesa es que se arrepiente o cometió el delito. No puede confesar el que no cometió un delito, aparte no está obligado a confesar, sino estamos con Torquemada en la Edad Media, en la Inquisición. (…) por qué hay gente que confesó y se fue a la casa, o hay gente que reconoció cosas y se fue a la casa; por qué fue este señor Rodríguez llevó un papel y se fue a la casa, por qué fue Taselli, llevó un papel y se fue a prisión….”.
El audio completo aquí:
http://luisnovaresio.com.ar/mariano-cuneo-libarona-taselli-queda-preso-va-mentir-e-involucrar/
Creo que la operación de los cuadernos se armó a las apuradas porque el derrumbe económico es catastrófico, sino no se entiende que los servicios hayan cometido errores tan groseros. El mencionado “corcho” Rodríguez, se presentó ante Bonadío con documentación que indica que el día en que Baratta fue a cobrarle la coima estaba en EEUU, y la oficina a donde fueron la adquirió un año después de la fecha indicada por el chofer, (caso análogo al de Taselli), pero evidentemente en un país sin estado de derecho no importa lo que declares ni qué documentación tengas, quedás preso si quieren que quedes preso y sino no. ¿Vale la pena haber perdido la república solo por ver presa a CFK?
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