Hedda, por el estilo, las normas políciacas -negras en este caso, negrísimas-, las complicidades con el lector y un largo etc que conllevaría páginas y páginas de análisis, he afirmado varias veces -y lo sostengo- que la mejor novela de Padura es La neblina del ayer. Pero si no les gusta el género, no apreciarán esta Habana apocalíptica en pleno período especial, con un asesino muy inteligente y un gran, enorme tributo a la bibliografía cubana, al estilo de El nombre de la rosa.

No olvidar La novela de mi vida, que recrea a un Heredia desconocido.

El hombre que amaba a los perros es una brutal radiografía de los gobiernos dictatoriales. De Herejes mejor no digo nada: ya lo dije en el muro de Padura en el face y sólo su infinita sencillez me dio la razón.

Paradiso no es una novela para principiantes porque hay que conocer mucho a Lezama y sus teorías poéticas para entenderlo. A Paradiso se llega después de leer su poesía y comprender el universo poético que pretendía. Sí es una novela de aprendizaje y Cemí está buscando a la poesía. Pero también su identidad en un país que se desmorona. Y aunque esté escrito en español, el barroquismo galopante de su prosa lo suele convertir en un libro difícil. En ese sentido, su segunda novela, Oppiano Licario podría ser más sencilla... al menos, mucho más jocosa.