-Gracias Krazy! -dice el papelito.
-Libro nuevo -posan mis gatos.
Están igual de gordos los tres... ¡Para las vacaciones en la playa!

De José Luis San Pedro leí hace tiempo La Sonrisa Etrusca, gracias a un amigo canario de Buho21 que me lo mandó.



Un libro sencillo y emotivo. Se basa en las pequeñas cosas que constituyen la felicidad cotidiana.

En 2001, el diario español El Mundo la incluyó en su lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX.

Para los eternos enamorados...




Esta novela es muy curiosa... por un lado nos narra una historia de amor obsesivo en el contexto de una Turquía de cambio y modernización, enfrentando temas como pérdida de la virginidad, diferencia de clases sociales, la influencia de occidente y los tabúes de la época. Por el otro, el personaje va recolectando a través de las páginas del libro, diversos objetos o reliquias que le servían de sustituto de su amada. Lo único que le alivia el dolor de la distancia mientras sueña con un futuro de reencuentro y dicha, es la presencia de esos objetos, con los que va conformando un museo que Pamuk, diluyendo los límites de la ficción, hizo realidad (en el libro se incluye un ticket para entrar).

Así, El museo de la Inocencia nació en la mente de Orhan Pamuk, el premio Nobel turco, como un museo que debía convertirse en libro, creando una abigarrada recopilación de objetos cotidianos que están en el libro y que alcanzan aquí, desde hoy, la categoría de obras de arte, en la línea de los ready made de Marcel Duchamp. Esos objetos los robó en la ficción el personaje Kemal en la casa de Füsun, la prima de la que estaba obsesivamente enamorado. Ahora esa locura minuciosa es un museo de fantasía increíble.








Además hace un juego metaliterario con su personaje Kemal:

"Cada uno de los objetos, sumidos en las sombras a la luz de la luna y pareciendo flotar en el vacío, eran señal de un único instante indivisible, tanto como los átomos de Aristóteles. De la misma forma que, según Aristóteles, la línea que une los momentos es el Tiempo, yo comprendía que la línea que uniera los objetos debía ser un relato. Así pues, un escritor podía redactar el catálogo de mi museo como si escribiera una novela. No me apetecía en absoluto intentar escribir por mí mismo un libro semejante. ¿Quién podía hacerlo en mi lugar? Así fue como busqué al señor Orhan Pamuk, que narra este libro con mi voz y mi consentimiento."

La novela se vuelve cansina a momentos, pero es una manera de sumergir al lector en la obsesión del personaje.

De el principe de maquiavelo es bastante curiosa la edición supuestamente comentada por Napoleón...

Y siguiendo con este tipo de libros, está muy de moda en las escuelas de negociación o de política de todo el mundo un libro de aforismos del español Baltasar Gracián,



De este libro sale la repetidísima frase de "lo bueno, si breve, dos veces bueno" que sigue "y aún lo malo, si poco, no tan malo"...