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poesía para todos los gustos

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27/09/2015 23:59

Hubo un largo camino

y un amor a la distancia

hubo sueños que murieron a lo lejos

y hubo un dìa que se fuè

como se va para siempre la infancia.

Hubo noches de calor

de manos entrelazadas.

y mañanas de esperanzas.

Hubo un necio amante de otro amor

que viviò del otro lado de la red

sin destino mi amor no supo donde ir.

Hubo rostros fantasmales que volvieron

y sonrisas que partieron de la nada,

lugares, locuras, deseos en la memoria,

y una voz que sòlo dijo la verdad

en honor al amor que un dia fuè nuestro.

Hubo un hombre atrapado en mi corazòn

hubo un sueño que muriò aquel dìa

que me confesò su verdad...

Ojos que miraràn el horizonte vacio de sol

final cruel, lògico y coherente

y el silencio del alma

pero no la mudez de mi mirada.

Hubo un hombre atrapado en mis pupilas,

hubo un hombre atrapado en la història de mis dias

Hubo un sòlo y gran dolor de no saber

cuando fuè el principio...del fin !!!.

?????

muuaackissss

19/09/2015 16:42
ALGUNA VEZ, DE PRONTO, ME DESPIERTO...

Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
un dolor que está siempre, agazapado,
por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
lleno de mis imágenes,
de rostros polvorientos.

Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
la soledad es siempre el compañero
que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
que dobla y que golpea,
que rebota en las sienes y en la nuca
y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
de que ya sea demasiado tarde
para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
perdidas, sin recuerdo,
tantas palabras que no fueron dichas,
tantos gestos.

Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
fue una ardiente rebelde,
se desolló las manos y la vida
por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
era dura, malévola,
avara de ternura, con la boca
mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía...
Qué importa
lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
mientras algún dolor -un dolor, siempre-
va hincando sus agujas en mi cuerpo,
abro las manos en la sombra dulce
para atrapar mi soledad, de nuevo,
y me quedo a su lado, sin moverme,
con los ojos abiertos
la vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.


Julia Prilutzky

Argentina
09/09/2015 22:04

CON LA ESPERANZA

Con la esperanza
de que entre tú y yo sea siempre primavera,
que florezcan las rosas color de la pasión,
de sentir los latidos de tu corazón que anhela,
fundirse con el mío en un compás de amor.

Con la esperanza de que tus ojos grises,
al mirarse en los míos me hablen con amor
yo te hablaré en silencio, y al mirarme en los tuyos
verás en mis pupilas, un suave resplandor.

Con la esperanza de beber en tus labios,
de eterna primavera y de lirios en flor,
de besarte en la boca, como granada abierta,
y sentir de tus labios un fuego abrasador.

Con la esperanza, que al cabo de los años,
sienta tus manos cálidas rozar suave mi piel,
tus manos y las mías enlazadas por siempre,
recorriendo mi cuerpo, como racha de miel.

Chelo Alvarez

09/09/2015 21:08
Recuerdos de mis amores

Mi corazón es como una tierra
que nunca dejará de estar en guerra
estoy cansado de esta situación
que a mi corazón causa destrucción.

Solo estoy esperando un divino regalo
y cueste lo que cueste tengo que encontrarlo
así tenga que dejar el orgullo a un lado
todo para llegar a sentirme amado.

Todas mis dolorosas heridas
en el tiempo quedaron perdidas
al igual que todas mis amadas
me alegro por mis lágrimas derramadas.

08/09/2015 12:50
SI UNA ESPINA ME HIERE
de Amado Nervo

¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
....pero no la aborrezco!.Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquieta,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro
ambiente de amor y caridad.





¿Rencores? ¡De qué sirven!, ¿Qué logran los rencores?

Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,



Se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocado en flor de paz!
08/09/2015 12:47
PENAS Y ALEGRIAS DEL AMOR
Mira cómo se me pone
la piel cuando te recuerdo.

Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.

Mira cómo se me pone
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo.
¡Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría,
quererte como te quiero!
Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego, qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.
Salgo de mi casa al campo
sólo con tu pensamiento,
para acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.
Ayer, en la Plaza Nueva,
—vida, no vuelvas a hacerlo—
te vi besar a mi niño,
a mi niño el más pequeño,
y cómo lo besarías
—¡ay, Virgen de los Remedios!—
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra
y aun cuando lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
( Rafael De Leon )

08/09/2015 12:44
LA CASADA INFIEL

Y que yo me la llevé al río

creyendo que era mozuela,

pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago

y casi por compromiso.

Se apagaron los faroles

y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas

toqué sus pechos dormidos,

y se me abrieron de pronto

como ramos de jacintos.

El almidón de su enagua

me sonaba en el oído,

como una pieza de seda

rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas

los árboles han crecido,

y un horizonte de perros

ladra muy lejos del río.

*

Pasadas las zarzamoras,

los juncos y los espinos,

bajo su mata de pelo

hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quité la corbata.

Ella se quitó el vestido.

Yo el cinturón con revólver.

Ella sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolas

tienen el cutis tan fino,

ni los cristales con luna

relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban

como peces sorprendidos,

la mitad llenos de lumbre,

la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí

el mejor de los caminos,

montado en potra de nácar

sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,

las cosas que ella me dijo.

La luz del entendimiento

me hace ser muy comedido.

Sucia de besos y arena

yo me la llevé del río.

Con el aire se batían

las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.

Como un gitano legítimo.

Le regalé un costurero

grande de raso pajizo,

y no quise enamorarme

porque teniendo marido

me dijo que era mozuela

cuando la llevaba al río.

08/09/2015 12:30
08/09/2015 12:27
08/09/2015 12:25
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