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Nacer como madre 
Desde que recibimos el positivo, haya sido buscado o no, nuestro mundo emocional da un vuelco. La mezcla de emociones es natural, así como el surgimiento de muchas preguntas junto a ellas.
El primer proceso psicológico que se activa en la madre es el desplazamiento del yo. Un proceso psicobiológico que impone la naturaleza para preservar la especie. Una comienza a pensar todo en torno al nuevo ser, las necesidades y las prioridades se organizan en torno a la nueva vida. Es justo y necesario.
Sin embargo, cada vez más, las expectativas, realidades y presiones sociales desenfocan a la futura madre, desarmonizando su mundo emocional, psicológico y hasta familiar. Se le exige de manera explícita o implícita que debe seguir siendo una excelente profesional, una amorosa compañera, buena ama de casa, entre otras tantas exigencias.
Así mismo, debe tomarse la sesión de fotos, tener un bello baby shower, armar un hermoso cuarto con una gran cantidad de supuestas necesidades materiales para el futuro bebé. Todo ello se transforma muchas veces en un gran estrés para la futura mamá, quien generalmente lo traslada como presión al futuro papá.
Nuestra mirada se vuelca hacia lo esencial, lo trascendental de traer una nueva vida al mundo. ¿Cómo está fortalecido el espíritu para nacer como madre? ¿Cuán armónico y maduro siento mi mundo emocional para otorgar contención y consuelo a la nueva alma? ¿Cómo está mi madurez emocional para enfrentar todos los desafíos que ser madre implica? ¿Cómo está mi voluntad para comprometerme con óptimos hábitos alimenticios y de vida para gestar muy sanamente a mi bebé?
Los procesos hormonales de la gestación, le brindan a la madre excelentes facultades cerebrales y psíquicas para crecer y desarrollarse emocional y espiritualmente. Es un amplio territorio fértil para reorganizar y reencuadrar procesos emocionales y su propia relación madre-hija como mejor preparativo para nacer como madre.
Nacer como madre debe invitarnos a entrar en una mayor comunión espiritual. Deberíamos meditar, rezar, acercarnos más a nuestras propias creencias espirituales. Es momento de dejar partir heridas pasadas de nuestra relación con nuestras madres y decidirnos a cultivar una nueva relación madre-hija. Es tiempo de dejar partir a la hija, para que nazca una madre nutritiva para con nosotras mismas y consolar todas las emociones que sentimos, y así dejar un regazo mullido para la nueva alma que nacerá. Es tiempo de reconciliarnos con la sabiduría de nuestros cuerpos y confiar en ellos para disponernos a un parto que nos empodere, una lactancia exitosa y una crianza armónica. Es tiempo de cultivar nuestros dones, virtudes, talentos, sabiduría y amar los profundos misterios de la esencia femenina para reconciliarnos plenamente con nosotras mismas y desde allí acompañar a crecer, con una plena autoestima, al alma que Dios nos envíe.
En mis sesiones individuales, en los talleres prenatales, en el acompañamiento de las Psico-Doulas y en las consultas obstétricas de Aquamater Maternidad Consciente, procuramos proveerles e infundirles las mejores herramientas para hacer de la gestación y del parto la vivencia más plenamente transformadora de sus vidas. Les damos oportuna, pertinente y veraz información para disipar sus dudas miedos e inseguridades, así como para tomar decisiones conscientes y en consenso para traer a sus bebés tal cual lo sueñan y desean.
