Arriba, Yriam, no se dejen. Yo conozco esa historia: nadie puede olvidar la epidemia de neuritis en Cuba durante el llamado Período Especial, por no haber sabido adminstrar convenientemente los recursos y depender completamente, como chulos de barrio, de la URSS. El dólar penalizado. Los panes con bistec hechos de frazada de piso, el arroz con col, el peso cubano a 120 por un dólar. Hambre, hambre, hambre... Todavía, cuando un cubano sale de Cuba, lo que pide es comida, comida, comida. Y las shopping llenas de comida, los hijitos de papá con las mesas llenas. Todavía hay gente enferma por falta de caldero. Mi ahijado de cuatro años pidiéndome que no le regalara juguetes, sino un pan con jamón. Es horrible que un país tan rico como Venezuela esté pasando por esto. Yo lo digo: si el Socialismo llega al desierto, acaban con la arena. No, no se dejen: la comida de nuestros hijos es sagrada. ¿Quién ha visto que se pida cédula de identidad para entrar a un supermercado? ¿En qué cabeza cabe eso?
Arriba, Venezuela, pa la calle a exigir lo que es del pueblo .