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Literatura, Biografías, Relatos cortos, etc. 2

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07/11/2013 18:07
¿Qué me dicen de este obrero de la palabra?
Las obras de Hernán Rivera Letelier han sido reditadas varis veces en Chile, Argentina, México y España y sus traduciones han sido publicadas en Francia, Italia, Portugal, Alemania , Grecia  y Turquía.Además su obra "La contadora de películas" ha sido traducida a más de quince idiomas y se hará una película sobre ella.
El año 2001 , fue nombrado caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.
Hoy día me apresto a leer "Historia de amor con hombre bailando"
07/11/2013 14:41

Pablo, me sonaba Dorfam y googlée,   es el de "Para leer al pato donald", famoso en los años 70, no eras nadie si no lo leías, pues no lo leí ! jaj

También vi que la peli de Polansky se llama: La muerte y la doncella.

Nalca, si, definitivamente tengo que leer algo de Rivera Letelier, creo que empezaré por Fatamorgana, lo había recomendado el Súper también, no?

07/11/2013 14:33
Para leer algo diferente, prueba con el chileno Hernán Rivera Letelier, creo que en biblioteca virtual se encuentran varios textos suyos. Este escritor me maravilla porque ha tenido mucha suerte para publicar, al revés de otros escritores de origen humilde como él.
Muy conocidos son estos libros: "Santa María de las flores negras", La reina Isabel cantaba rancheras"." Fatamorgana con banda de músicos".
Prueba y me cuentas.
07/11/2013 13:12
Espero encontrarlo.

Suelo tener en casa un libro grande, de esos de libros de actas, donde anoto frases que me gustan y de donde las escuché, las leí.

También la última palabra del cuento de Garcia Marquez,  "El coronel no tiene quien le escriba", cuando la mujer le pregunta al coronel que iba a pasar si perdía el gallo, ¿que vamos a comer? y la contestación del coronel
es una sóla palabra.

Pero creo que hay que leer todo el texto, porque esa palabra surge maravillosa para cerrar el texto.

Vi la película, pero no es lo mismo. Es muy raro que se generen las mismas
sensaciones.

Cuando uno ve la película, luego de haber leído el texto, uno medio que hace
una mirada inquisitiva sobre la película.

Creo que la película Dorian Grey, basada en "El retrato de Dorian Grey" me
transmitió casi la misma sensación del texto, aunque el final tuvo un ligero
cambio, muy menor, que no vale la pena ni mencionarlo.

Ahora estoy leyendo unos libros que esta sacando pagina12 del escritor Ariel Dorfman, nacido en Argentina, pero es ciudadano Chileno y enseña en
una Universidad de EEUU. creo.

Estoy de vacaciones en Mar del Plata y el libro que me traje es KONFIDENT
pero es medio de escuchas telefónicas. Primero de un hombre que le habla
por teléfono a una mujer que llega a París a encontrarse con su amante y lo
que tiene es una llamada de teléfono de un amigo de su amante.

Luego sigue otro que esta siguiendo la conversación de estas dos personas, que a su vez dice que hay otro en el tema.

Mucho para mí.

La semana pasada me tocaron el teléfono, o sea que fue una mala semana.
Pero es doméstico creo. El esposo de una vecina que es de una parte de
comunicaciones del ejército, que como tuve una discusión con la vecina me
debe andar jorobando.

O sea que no es el libro adecuado para el momento.

Pero según dice la contratapa del libro, una obra de Ariel Dorfman fue llevada al cine por Roman Polanski



07/11/2013 13:00
Me maravilla Pablo, como tú y Mechitaz saben escoger tan bien los textos que ponen. He disfrutado mucho con ellos.
07/11/2013 11:11

Le agradezco a Nalca que haya tomado esta iniciativa

Una vez, a un escritor amigo mío, le pedí que me dedicase un libro que era para otra persona.

Escribió el nombre de la otra persona y escribió:

"espero que al menos se salve un párrafo"

Borges tenía mucho de decir frases en este estilo.

Y siempre con una manía perfeccionista.

Decía que siempre estaba como escribiendo el mismo libro, de laberintos,
espejos, y sus cosas.


Hace poco leí un libro de los que suele publicar Página12.

Era de un matrimonio que ya iba a un divorcio irremediable y habían ido a
pasar un fin de semana a una quinta que ellos tenían.

El hombre jugaba mal a las cartas con su mujer. La mujer le reprochaba eso.

Pero medio como que el tema del divorcio no se tomaba, dado que ya era
prácticamente consumado.

En un momento, promediando el cuento, la mujer se va por el pasillo que la
alejaba de la mesa de juego a buscar algo

Y el hombre le dice

"Por favor, no te vayas"

El clima que logró el autor para instalar esta frase en el texto me pareció de
un toque literario maravilloso.

07/11/2013 02:04
El leve Pedro

Enrique Anderson Imbert

Durante dos meses se asomó a la muerte. El médico refunfuñaba que la enfermedad de Pedro era nueva, que no había modo de tratarse y que él no sabía qué hacer... Por suerte el enfermo, solito, se fue curando. No había perdido su buen humor, su oronda calma provinciana. Demasiado flaco y eso era todo. Pero al levantarse después de varias semanas de convalecencia se sintió sin peso.

-Oye -dijo a su mujer- me siento bien pero ¡no sé!, el cuerpo me parece... ausente. Estoy como si mis envolturas fueran a desprenderse dejándome el alma desnuda

-Languideces -le respondió su mujer.

-Tal vez.

Siguió recobrándose. Ya paseaba por el caserón, atendía el hambre de las gallinas y de los cerdos, dio una mano de pintura verde a la pajarera bulliciosa y aun se animó a hachar la leña y llevarla en carretilla hasta el galpón.

Según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le iba minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez portentosa. Era la ingravidez de la chispa, de la burbuja y del globo. Le costaba muy poco saltar limpiamente la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco, coger de un brinco la manzana alta.

-Te has mejorado tanto -observaba su mujer- que pareces un chiquillo acróbata.

Una mañana Pedro se asustó. Hasta entonces su agilidad le había preocupado, pero todo ocurría como Dios manda. Era extraordinario que, sin proponérselo, convirtiera la marcha de los humanos en una triunfal carrera en volandas sobre la quinta. Era extraordinario pero no milagroso. Lo milagroso apareció esa mañana.

Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco, tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio hachazo, Pedro levantó vuelo.

Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión levitando allá, a la altura de los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo.

Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte, temblaba agarrado a un rollizo tronco.

-¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo!

-Tonterías. No puedes caerte al cielo. Nadie se cae al cielo. ¿Qué te ha pasado?

Pedro explicó la cosa a su mujer y ésta, sin asombro, le convino:

-Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido. El día menos pensado te desnucarás en una de tus piruetas.

-¡No, no! -insistió Pedro-. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio, Hebe.

Pedro soltó el tronco que lo anclaba pero se asió fuertemente a su mujer. Así abrazados volvieron a la casa.

-¡Hombre! -le dijo Hebe, que sentía el cuerpo de su marido pegado al suyo como el de un animal extrañamente joven y salvaje, con ansias de huir-. ¡Hombre, déjate de hacer fuerza, que me arrastras! Das unas zancadas como si quisieras echarte a volar.

-¿Has visto, has visto? Algo horrible me está amenazando, Hebe. Un esguince, y ya comienza la ascensión.

Esa tarde, Pedro, que estaba apoltronado en el patio leyendo las historietas del periódico, se rió convulsivamente, y con la propulsión de ese motor alegre fue elevándose como un ludión, como un buzo que se quita las suelas. La risa se trocó en terror y Hebe acudió otra vez a las voces de su marido. Alcanzó a agarrarle los pantalones y lo atrajo a la tierra. Ya no había duda. Hebe le llenó los bolsillos con grandes tuercas, caños de plomo y piedras; y estos pesos por el momento dieron a su cuerpo la solidez necesaria para tranquear por la galería y empinarse por la escalera de su cuarto. Lo difícil fue desvestirlo. Cuando Hebe le quitó los hierros y el plomo, Pedro, fluctuante sobre las sábanas, se entrelazó con los barrotes de la cama y le advirtió:

-¡Cuidado, Hebe! Vamos a hacerlo despacio porque no quiero dormir en el techo.

-Mañana mismo llamaremos al médico.

-Si consigo estarme quieto no me ocurrirá nada. Solamente cuando me agito me hago aeronauta.

Con mil precauciones pudo acostarse y se sintió seguro.

-¿Tienes ganas de subir?

-No. Estoy bien.

Se dieron las buenas noches y Hebe apagó la luz.

Al otro día cuando Hebe despegó los ojos vio a Pedro durmiendo como un bendito, con la cara pegada al techo.

Parecía un globo escapado de las manos de un niño.

-¡Pedro, Pedro! -gritó aterrorizada.

Al fin Pedro despertó, dolorido por el estrujón de varias horas contra el cielo raso. ¡Qué espanto! Trató de saltar al revés, de caer para arriba, de subir para abajo. Pero el techo lo succionaba como succionaba el suelo a Hebe.

-Tendrás que atarme de una pierna y amarrarme al ropero hasta que llames al doctor y vea qué pasa.

Hebe buscó una cuerda y una escalera, ató un pie a su marido y se puso a tirar con todo el ánimo. El cuerpo adosado al techo se removió como un lento dirigible.

Aterrizaba.

En eso se coló por la puerta un correntón de aire que ladeó la leve corporeidad de Pedro y, como a una pluma, la sopló por la ventana abierta. Ocurrió en un segundo. Hebe lanzó un grito y la cuerda se le desvaneció, subía por el aire inocente de la mañana, subía en suave contoneo como un globo de color fugitivo en un día de fiesta, perdido para siempre, en viaje al infinito. Se hizo un punto y luego nada.

06/11/2013 03:12
Si Mechitaz, no podíamos perder este espacio que tanto hemos llegado a querer, yo aquí he hecho amistades, he puesto mis historias, mis locuras y sobre todo, que tengo los relatos que los amigos me ponen antes de irme a dormir.
Aquí seguirá el espacio para las historias de Pseac y de quien desee poner sus relatos.
Pablo, correcaballos, no dejen de venir.
06/11/2013 02:37
Gracias Nalca ya me siento en casa!

y me dá ganas de poner este poema:



Arriesgándose constantemente hasta el absurdo

Arriesgándose constantemente hasta el absurdo                        
                                                               y la muerte
cada vez que actúa
                           por sobre las cabezas
                                                de su audiencia
el poeta como un acróbata
                           escala sobre la rima
                                            el alambre alto de su propia obra
y se balancea sobre las miradas
                                            sobrepasando un mar de rostros
mide sus pasos
          hasta el otro lado del día
 representa  entre líneas
                            y  hace  destrezas con sus pies
y otras grandes actuaciones
                            y todo  sin equivocar
nada
          por  lo que no podría  ser

Porque él es el súper-realista
                                 que debe necesariamente percibir
la verdad tensa
         antes de cada postura o paso
en su supuesto avance
                         hacia ese posarse más alto
donde la Belleza está y espera
                                   con gravedad
dar su definitorio  salto mortal
 Y él
                         un pequeño charleychaplin
                                  que podrá o no alcanzar
su justa forma eterna
                    águila extendida  en el vacío              
de la existencia.

Lawrence Ferlinghetti (Nueva York, 1919),  A Coney Island of the Mind, New Directions, Nueva York, 1958
Traducción de Marina Kohon



Constanly Risking Absurdity

Constantly risking absurdity
                           and death
whenever he performs
                          above the heads
                                       of his audience
the poet like an acrobat
                           climbs on rime
                                to a high wire of his own making
and balancing on eyebeams
                                above a sea of faces
places his way
                   to the other side of day
performing entrechats
                         and sleight-of-foot tricks
and other high theatrics
                         and all without mistaking
any thing
               for what it may not be
For he`s the super realist
                           who must perforce perceive
taut truth
              before the taking of each stance or step
in his supposed advance
                           toward that still higher perch
where Beauty stands and waits
                                   with gravity
                                     to start her death-defying leap
And he
                   A little charleychaplin man
                             who may or may not catch
her eternal form
                   spreadeagled in the empty air
of existence.





06/11/2013 02:13
Ante la decisión de Fgam de alejarse de esta página y eliminar su Foro, el cual era muy importante y apreciado para muchos usuarios de búho, he resuelto abrirlo de manera temporal, confiando que nuestro estimado amigo, volverá junto a nosotros más temprano que tarde.
Mantendré la línea y la intención de Fgam, no estoy a su altura, pero haré lo posible por tomar su lugar, que espero sea momentáneamente.
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