Noes, no puedo dejar de complacer tu pedido, aunque te lo confieso, lo hago con un poco de miedo.
Hace muchos años atrás formé parte de un jurado en un concurso de poesía, por unanimidad ganó el poema Tango. Fui muy criticada y el resultado no fue exento de polémica, competían conocidos escritores y ganó este irreverente desconocido que ni siquiera concurrió a recibir el premio. Ya les he hablado bastante de él y también les puse otro poema.
A ver que les parece este otro.
Tango
Sebastián Mellado
Cuando yo frecuentaba lenocinios
En noches de bohemia interminable
Buscaba algún sentido a la existencia
En las copas, las putas y los bailes.
Recuerdo de aquel tiempo en los burdeles
El bronce envejecido de los catres
Las piernas de María Magdalena
Y el espejo redondo de un estante.
Recuerdo infinidades de otras cosas
Que tal vez parecieran inmorales
Pero debo aclarar que los remilgos
De algunas meretrices comerciantes
Me hicieron comprender que en este tiempo
Muchos cobran un precio que no valen
Si es lo mismo el aroma de las flores
Al olor putrefacto de un cadáver
O la pus que chorrea de una herida
Al rocío que golpea los cristales.
Para que complicarnos la existencia
Con antiguos señores medievales.
El afán quijotesco de los hombres
De acabar para siempre con los males
Es igual que sembrar en el desierto
O intentar abrir surcos en los mares.
Para mi da lo mismo una ramera
Que una virgen expuesta en los altares
Y no logro entender a aquella gente
Que se mata por principios e ideales.
Porque al final desaparece
Como un humo de hoguera miserable.
Mas también soy culpable de hacer versos
Con absurdos poemas insondables
Mientras tanto el presente se me escapa
Como frágiles pompas en el aire.