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bagatelas...

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26/08/2013 18:14
 

 

26/08/2013 17:30
Les aclaro que este foro está abierto para quien quiera contar sus bagatelas...
26/08/2013 16:49
Nadie lo creía cuando les conté a mis colegas...
Trabajaba en ese tiempo como reportero en un diario de provincia y se me había encomendado la misión de fotografíar un submarino que había aparecido en la rada del puerto, seguramente tras la necesaria avitualla. Muchos curiosos se habían apostado en los miradores para poder ver de mejor manera el acontecimiento. En nuestro puerto no existen buques de guerra ni menos submarinos, por eso la expectación de los ciudadanos y el interés de la prensa. Lamentablemente no contaba yo con un transporte adecuado para acercarme lo más posible a la nave y tomar las fotografías.
Ya en el embarcadero miré para todos lados y no encontraba a nadie conocido. Cuando me retiraba, un viejo amigo me golpea el hombro y me saluda familiarmente. Era el Súperocho, un buen y fortachón hombre, con cara de niño y pocos dientes, cuyo oficio, en ese momento, era capitanear un destartalado falucho a remos, con capacidad para cuatro personas y sin chalecos salvavidas. Le saludé cariñosamente y le conté en qué andaba. El se ofreció inmediatamente, con un prometedor " y en qué topamos compañero". Ante la vista de que el Súperocho era mi única alternativa, me envalentoné y acepté eso de "y en qué topamos". Abordamos el bote y partimos; él, contento por servir a un buen amigo y yo con ciertos reparos y preocupado por el agua que lentamente comenzó a entrar en la embarcación, y por la falta de los chalecos anaranjados.
Es difícil calcular bien las distancias en el mar. Lo que parece estar cerca no lo es tanto y lo que se ve lejos, siempre está más lejos. Así que el Súperocho, remaba y remaba y parecía no avanzar nada. Y yo, preocupado porque el zoom de mi máquina todavía me decía que no estabamos a distancia para empezar a tomar las fotografías. Eso, unido a que el bote estaba pidiendo a  gritos que alguien empezara a achicarlo.
Pasado casi una hora de remo, ya mi servicial amigo comenzaba a cansarse y a transformarse en un experto en el tema fotográfico. A cada rato insistía en que ya estábamos a distancia para que yo comenzara a realizar mi trabajo.
Todo iba bien hasta que, cuando ya estabamos a punto de llegar a la distancia adecuada, advertimos cierto movimiento del submarino. El comentario del Superocho, fue genial - "Estos nos descubrieron capitán - me dijo.- y parece que se arrancan. Así que apúrese y desde aquí no más, dispáreles un buen tiro, y hunda a esos degraciados que me han hecho trabajar toda la mañana". Yo, me paré como pude, preparé mi arma, apunté y disparé, según las órdenes de mi contramaestre. Una vez lo hube hecho, el submarino desapreció bajo las aguas. 
"Buen tiro, capitán", dijo Superocho, muerto de la risa y mostrando sus únicos dos dientes.
La foto salió corrida, por lo que la crónica no se publicó. Lo que sí se publicó fue la anécdota que escribí luego en la que narré cómo con un sólo disparo hundimos con mi amigo un submarino.
26/08/2013 02:58
Buenas bagatelas Raskol, quiero más
25/08/2013 18:25
Mi gato desapareció. Siempre dije que iba a desaparecer. Que conste que mi gato perdió primero su ojo que el de la novela de Haruki Murakami. Lo concreto es que mi gato fue primero, y lo que escribo no es ningún plagio. Les cuento  que mi gato se llamaba Plomo (le puse ese nombre, porque no soy original para poner nombres, Solo lo hice para darle un poco de gatonidad, porque habría sido fácil  nombrarlo "plomito", pero no lo encontré adecuado. A pesar de su nombre el Plomo desde muy pequeño fue tímido y con poca "gatonidad" (sinónimo de personalidad, pero de gatos). Casi siempre fue el último: El útimo en agarrarse de la teta de la madre, el último en salir de la camada, el último en ir a la cena, el último en encontrar novia y el último en irse de casa. Lo único terrible que fue el primero en las desgracias. Un perro lo mordió, un auto casi lo aplasta, en una pelea de gatos quedó para la historia y el primero en irse al cielo, al menos para allá creo que se fue porque un día salió y nunca más apareció.
Sus mayores desgracias comenzaron cuando se le ocurrió entrar en disputa con un enorme gallo que había en casa.  En esa ocasión, cuyo motivo de la disputa desconozco, aunque de más pudo haber sido uno de esos animalejos plomos y de cola larga que les gusta el queso, el perdió un ojo de un sólo picotazo. De un día para otro lo ví con la cuenca vacía y echando pus. El veterinario sólo le recetó unos antibióticos y la herida poco a poco se fue sanando.El que no se sanó nunca fue el Plomo. Ahora con mayor razón perdía todas las batallas, le pegaban los gatos y las gatas, lo marginó la sociedad de los gatos del barrio en el que vivíamos. Se convirtió en un solitario (Los gatos son solitarios, pero éste era más aún). El pobre plomo, se fue yendo de casa de a poco, como a pedacitos...
24/08/2013 21:44
Ya van dos veces. Si, dos veces, y ambas seguidas, muy seguidas. Yo no creo en el azar, por eso que la cuestión me tiene pensando. Es que encontrarse un dinerillo botado en la calle no es algo que pase todos los días. Pero en mi caso parece que la frase no corre. Se me fueron, por diversas razones(¡¡¡!!!), dos taxis antes de abordar mi transporte. Y ahí estaba el billete, entre la puerta y el asiento trasero, como esperándome y yo ni tonto ni perezozo, dije: "Esto es causa y efecto". Lo tomé y me lo embolsillé. Lo curioso es que en el asiento trasero, viajaba un pasajero que en ningún momento se percató que el dinero estaba allí.
La otra ocasión fue más dinero. Esa vez sí estaba el billete, ahora de 10 lucas, tirado en la calle y a la vista de quien quisiera. Pero el que se fijó en él fui yo. Una persona que caminaba delante mío, a escasos dos metros, no lo vio; y otro que caminaba tras mío, lisa y llanamente no tuvo ninguna posibilidad. "Causa y efecto", dije también en esa oportunidad. No creo en el azar, creo que ya les dije. Entonces me puse a pensar ¿que hace que una persona se encuentre dinero y otra no, y la diferencia la haga sólo unos escasos segundos o escasos metros? ... Y me dije, así deben ser todas las cosas de la vida, causa y efecto, nada más. Claro, puede que esté equivocado. 
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