Buho21 - red social y juegos online Multijugador  |  Juegos  |  VIP  |  Clubis  |  Software  |  Foros  |  Búsqueda
bagatelas...

Para participar en los foros debes identificarte en la web. Gracias.
«12345»
16/03/2016 04:23
Es que pensé que no era leído... ténganme paciencia...
15/03/2016 20:33
...mañana?


12/03/2016 04:41
Espero les guste... Hay que mover esto... Un nuevo intento... una nueva historia... Saludos a todos

Estaba en mi trabajo, en el nuevo trabajo que desempeño desde hace unos meses en un depósito de contenedores ubicado lejos de donde vivo, muy lejos, casi en el campo, en una ciudad empresarial de mi puerto, pero lejos del puerto, en los cerros junto a los árboles y mis amigos pájaros. Tarjaba patentes de camiones y los números identificadores de esos enormes tragadores de mercaderías; eso al menos me parecen a mí, bestias cuando engullen o tragan las cargas "palletizadas". Ellos abren sus fauces y las horquillas se encargan de alimentarlos hasta la saciedad. Una vez hartados, sus enormes bocas se cierran, se sellan y estas bestias luego se atrincan cuando son embarcadas en los inmensos buques mercantes. Ya en sus destinos, nuevamente otras horquillas con otros trabajadores, se encargan de producir la evacuación de lo devorado, en una especie de vómito bulímico.

Pero hablar de esto no es mi tema de hoy. Lo importante para esta bagatela es que estaba en mi trabajo, porque fue ahí cuando vi aquél bolso de plástico, con su apertura malamente amarrada con un cordel que por estar quemado por el sol se deshizo en mis manos cuando lo cogí para escudriñar en su interior. Soy cachurero (mal de Diógenes, al parecer), lo reconozco con resignación e hidalguía.

Fue el color rojo lo que me llamó la atención, y un destello que relampagueaba inquieto en mis ojos. Su brillo era como un urgente llamado, como un grito desesperado de auxilio dirigido a mí. Y yo me sentí el indicado para responder a ese llamado. Miré a mi alrededor, extrañamente me encontraba solo. Siempre en mi trabajo hay mucha gente; conductores, técnicos, peonetas, mecánicos, guardias, empleados y diferentes obreros. Pero ese día, se dieron las circunstancias para que yo me encontrara solo frente a ese bolso y ese destello rojo que me enviaba un mensaje.

Apresuré mi curiosidad y me dirigí al luminoso objeto. Tuve que escarbar un poco: cáscaras de huevos, de frutas, papeles, tarros vacíos que alguna vez su interior satisfizo el apetito de una familia, diversos envases de leche y otros productos. Algunos alambres, pedazos de maderas y géneros que alguna vez fueron útiles muebles o abrigadoras prendas de vestir. En fin, un montón de otras cosas, entre las cuales se encontraba el cuaderno, de tapa roja y dura, forrado con un hermoso plástico, que discutía con el sol esa mañana, por eso los destellos violentos que alcanzaron mis ojos y llamaron mi curiosidad.

Era un cuaderno nuevo, cuadriculado y en su portada se leía a grandes letras la palabra "Dictado" y más abajo una calcomanía de un simpático dinosaurio. Y un nombre Benjamín... y un curso o grado, "1° básico". Abrí el cuaderno. Mañana les cuento lo que hallé.

Por el momento, les dejo unas fotos...




12/02/2016 17:44

El centro pincelhado azul de las miradas

Pues que en el trabajo organizaron una fiesta en Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, para premiar noséqué y como yo era una de los premiados, de paso me iban a festejar mi cumple los compañeros que sabían que cumplía añotes. Una celebración formal, decía la invitación. Código de vestimenta: cóctel.

Tenía una falda azul tinta, de tul, que no había estrenado, así que me dediqué afanosamente a buscarle una blusa que hiciera juego. Finalmente lo único que encontré fue una como camiseta azulmarprofundo con chaquiras bordadas, sin mangas.

Ya faltando poco para irnos a la fiesta, para arreglarme, me puse unos pants y la blusa elegante para no despeinarme o mancharla de maquillaje. Alfredo veía el reloj, tenso como siempre, y yo me apuraba. Me empiezo a hacer una cola de caballo y al levantar los brazos veo... ¡oh!...

¡ESTOY TODA PINTADA DE AZUL!!!!

¡Los sobacos, los brazos, el escote y parte de la espalda, que ahí parecía mugre!

Le pido a Alfredo que se salga del cuarto, me quito todo y me enjabono, me sale espuma azul y me da un ataque de risa.

Entre más enjabonadas, más espuma azul, pero ¡NO SALÍA LO AZULPROFUNDO!!! Entonces me tallo frenéticamente primero con la toalla y luego con un zacate y quedo roja, roja pero azul, con manchones morados, y ahora ya era como alarmante, como si estuviera enferma de algo muy grave... En la vida real soy normal, no me va ir a una fiesta roja y azul, por más pincelhada que sea.

Y no tenía nada más qué ponerme.

Me volví a poner la blusa entre carcajadas y bajé… Alfredo y todos los demás me miraron muy circunspectos... Todos sabíamos, aunque yo lo tenía muy reprimido, que cada vez iba al ser más azul además de roja. Morada en el mejor de los casos.

Hice bromas y no quise abrazar a nadie para no levantar los brazos (los sobacos eran lo más inquietante pues había puntitos en tono más oscuro), pero los demás cooperaron a crear conciencia de la gravedad del asunto con diferentes variedades de cara de funeral o escándalo.

La entrega de premios fue un suplicio. Yo notaba con espanto cómo iban llamando a los premiados por orden alfabético... la M, la O... ¡oh no! Mi turno. Recibí el premio, que era una cosa enmarcada que pesaba horrores, con los codos pegados al cuerpo, como tullida, ni hablar de darle un abrazo a quien me lo otorgaba. Le di un beso al aire y salí corriendo.

Ya para la fiesta traía el chal agarrado como si fuera mi única pertenencia en el desierto o me quisiera envolver en él como el Niño Héroe de la bandera.
Las miradas de lástima y preocupación fueron lo que más dejó heridas en mi autoestima...

Al final terminé con un abrigo que me prestaron, muy parecida a Sissi Emperatriz venida a menos, pues el tul sirvió de crinolina.


24/12/2015 20:29
El otro día bajaba por la calle hacia casa, después del trabajo y delante de mi iban unas chicas... una de origen pakistaní, una magrebí, una latina, una del barrio de toda la vida.. tenían como catorce o quince años y me encantó escucharlas. Estoy segura de que han ido a la escuela juntas desde pequeñas, si no, no es posible que se entendieran de aquella manera. Tenían su propio idioma. Pude reconocer en cada una de ellas, el español, el catalán, y deduje que el árabe y el urdú. En un momento dado mezclaban las palabras y yo no podía seguir la conversación, pero ellas se entendían, la complicidad estaba más allá de los idiomas, las razas, las religiones.. .
Cuánto tenemos que aprender de aquel pequeño meme que ronda por ahí "hijo: en tu escuela hay extranjeros? ... No papá, en mi escuela hay niños"
Felices fiestas!!
21/12/2015 03:41
Esta historia es verdadera y yo fui uno de sus protagonistas. A veces uno pone las manos en el fuego por quien no lo merece.
.
.
Voy a contar una historia que es bueno traerla a la memoria. Es una cosa pequeña, casi sin importancia para el resto de las personas, pero creo que es importante y mucho para quienes se vieron involucrados en ella.
En cierta ocasión, dirigentes de un club deportivo recibieron una extraña petición de una pequeña que llegó a la sede, con los ojos llorosos y muy afligida solicitando la ayuda de ellos para solucionar un problema que aquejaba a su hermano mayor. Los dirigentes, que eran los más altos de la organización, la escucharon con mucha atención y atendieron de igual manera a sus súplicas. Decidieron ayudarla a ella y a su hermano, que era un destacado deportista del club al que pertenecían y al cual dirigían. Sopesaron los pro y los contra de lo que iban a hacer (sabiendo que, a lo mejor, la asamblea no estaría de acuerdo con ellos), y como lo pedido por la pequeña era cosa que había que hacerse a la brevedad, sin consulta a la base del club, decidieron redactar una carta en la que detallaron lo importante que era para el club el hermano de la niña. Hablaron en ella de su honorabilidad y de su destacada vida deportiva que lo hacía distinguirse entre el resto de los socios del club. Se habló en la nota, además, de lo comprometido que estaba este joven en el deporte que todos ellos amaban y que nunca este deportista, al menos al interior de la organización deportiva que conducían ni entre sus socios, había caído en conductas reñidas con la ley, por lo que no significaba ningún peligro para la entidad. La carta fue firmada por ambos dirigente y estampada con el timbre del club para que la niña la presentara donde ella estimara conveniente. No sé si ésta sirvió para disminuir la pena de cárcel que este muchacho estaba viviendo, pero cuando se redactó, ambos dirigentes estaban convencidos que habían obrado bien en beneficio de uno de los suyos. Lamentablemente el tiempo, a estos dirigentes, no les dio la razón.
06/12/2015 14:36
aprovecho el reflejo de la luz de las cámaras para saludar a marisol19. Hola marisol19!
06/12/2015 14:35
un poquito de anarquía.
06/12/2015 14:35
Todo empieza de esta forma: un tipo se roba una manzana. Otro tipo lo descubre y le propina una brutal pateadura. Otro, de elevada consciencia social, ve al abusador y le saca la mugre y también un par de dientes. Dos muchachos ven este "flagrante delito", atacan al tercer hombre y lo cuelgan de un árbol. El padre del hombre colgado no quiere denunciar pero sí busca la venganza privada para honrar la memoria de su hijo y estrangula en poco más de dos horas a los dos muchachos. Alguien que lo reconoce y sabe que es un homicida le clava una puñalada en el corazón y lo arroja de cabeza a una zanja, donde, alegremente, tres muchachos están chapoteando cuando les cae encima el cadáver. Ven que el malhechor escapa de la escena del crimen a toda prisa, pero van tras él, lo capturan y lo dejan paralítico. Después el paralítico contrata a dos sicarios que matan a los tres muchachos. El barrio, sumido en el rencor y en la afrenta, se une para luchar contra el sicariato y linchan a los dos sicarios y a otros varios jóvenes con cara de sicario. Entre los muertos hay un chico del barrio vecino, cuyos vecinos también se unen en una ronda y declaran culpable a todo el barrio rival y ambos barrios proceden a exterminarse. Los pocos sobrevivientes aparecen declarando en los diarios y se ganan el repudio del resto de la ciudadania, que los ve como lo que son: criminales a los que hay que escarmentar. Entonces se desata una cruenta batalla campal, una guerra civil entre barrios que va diezmando la población hasta que sobreviven sólo veinte o treinta hombres y un montón de miembros de la Policía Nacional, que se la han pasado de lo lindo en los últimos meses, viendo como la justicia se ejecuta sola. Entre los sobrevivientes se encuentran un Cardenal, que estaba en el sótano de la Catedral buscando plagiar nuevos evangelios; también un expresidente, que estaba metido en un búnker ni bien empezó la batalla con un par de ametralladoras y una montaña de polvo blanco sobre el escritorio.Y otro expresidente, que purga actualmente prisión efectiva por múltiples delitos, que pintaba un cuadro de sí mismo posando como la maja desnuda de Goya y tampoco se enteró de nada. Mucho después uno de los sobrevivientes tiene el arrojo torero de ir a la comisaria para contar toda la historia. El policía de guardia pregunta: ¿No hubiera sido lo más indicado denunciar al que robó la manzana?
05/12/2015 00:09
Lo que yo decía.... Nietitis aguda recalcitrante...me alegro de que aliviara el peso, pero siguiera disfrutando de su peque!!!
:)
«12345»

10 siguientes

Descuentos Clinique

Sí, quiero ser socio VIP  | Ayuda | Contacto