Estimada Nalca, creo que usted se toma muy en serio este cuento de las bagatelas, cada persona puede escribir lo que se le ocurra, cosa diferente es que uno lea lo que realmente le interesa o lo cautive.
Las buenas historias te atrapan desde el primer párrafo, no es necesario ser un erudito ni escribir complicado, menos pretender ser buen contador de historias con tramas inentendibles, y de muchísimos páginas, se me viene a la memoria un profesor gruñón que tuve, que cansado de escuchar relatos que no terminaban nunca decía con cierta arrogancia, lo de usted señor es un “mar de palabras en un desierto de ideas”, las buenas historias duran lo que deben durar, si es que son buenas, ya lo decía Mark Twain “Hubiera escrito una carta más corta, pero no tenía tiempo”
Así que estimada Nalca no se enfade, ni menos discuta temas estériles, lo que sí podría hacer, es lo siguiente, me han contado que su hijo mayor, con quien no se lleva muy bien, (dicen las malas lenguas que usted es de Neruda y su hijo de Rokha), quiere cambiar de auto y le faltan unos dinerillos, y como buena iniciativa para limar asperezas es depositarle en su cuenta del banco una cantidad aceptable de dinero, usted más que nadie sabe que las cosas materiales no llenan el alma, sólo la poesía y la literatura cumplen esa función, en todo caso mi recomendación es “simbólica”…
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