La primera cirugía plástica le fue hecha a Walter Yeo, un marinero británico durante la Primera Guerra Mundial.
Walter sufrió terribles heridas en la cara, que incluían la pérdida de sus párpados superiores e inferiores, mientras servía a bordo del HMS Warspite en 1916 durante la batalla de Jutland.
En 1917 fue tratado por Sir Harold Gillies, también conocido como “el padre de la cirugía plástica“, el primer hombre en usar injertos de piel de las áreas no dañadas del cuerpo. Gillies abrió un pabellón especializado en el tratamiento de heridas faciales en el Hospital Queen Mary en Sidcup, Kent. Walter Yeo fue uno de los primeros pacientes que se beneficiaron de su nueva técnica desarrollada, una forma de injertos de piel llamado “pediculado tubular”.
El joven marinero de Plymouth, Devon, recibió nuevas párpados con una “máscara” de piel injertada en su cara y ojos.
