"Si vis pacem, para bellum".

Paradoja del Dinero: “Era un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre, que lo único que tenía era dinero”.

"¿Quién puede comprar o vender el Cielo o el calor de la Tierra?", preguntó en una famosa carta el jefe indio Seattle al presidente estadounidense Franklin Pierce, tras recibir de éste una oferta por las tierras de sus antepasados. Poco podía imaginar que, apenas un siglo después, sus descendientes serían unos de los más destacados empresarios del mayor país capitalista del mundo gracias a los casinos.

Los viejos ritos junto al tótem, los 'powwows' (fiestas entre tribus) han dado paso a un imperio de casinos que ingresó el pasado año 25.100 millones de dólares, una cifra que hizo palidecer los 6.000 millones obtenidos por Las Vegas en 2006, según la consultora PricewaterhouseCoopers, y que multiplicaron varias veces la suma de los beneficios de esta ciudad junto con Atlantic City, según el FBI.

Los indígenas seminolas compraron en 2006 la cadena de cafés y casinos Hard Rock por 965 millones de dólares (725 millones de euros).

La cadena de restauración Hard Rock Café se caracteriza por incluir en sus establecimientos objetos y enseres de artistas y del mundo de la música, incluye 124 restaurantes temáticos, cuatro hoteles, dos casinos, dos salas de conciertos y participaciones en tres hoteles.

El presidente de la tribu, Mitchell Cypress, ha mostrado su intención de trabajar con el actual equipo directivo de Hard Rock International para poner en marcha nuevas estrategias de crecimiento para la compañía, que seguirá teniendo su sede central en Orlando.

 

Los anglosajones son un pueblo germánico que invadió la actual Inglaterra, desde el siglo V hasta la conquista Normanda en el año 1066.

Algunos dividen a los anglosajones en tres grupos:

- los anglos, provenientes de Anglia, en la Alemania moderna

- los sajones, provenientes de Sajonia, en la Alemania moderna

. los jutos, provenientes de Jutlandia, en la Dinamarca moderna

El padre de Borges, un hombre muy inteligente, era profesor de psicología, le dijo una vez: "Qué son al fin y al cabo los ingleses? Unos chacareros alemanes.

Parece que la realeza gobernante de Inglaterra, so british! no tenía nada de inglesa, siendo probablemente germánica de origen. Al llegar la guerra mundial, la primera (que se creyó última porque así dictaminaba el Times de Londres), la monarquía tuvo que cambiarse el apellido, de Battenberg a Mountbatten, traducción literal, y hasta de casa: de la ancestral Hannover a la advenediza Windsor.

En este sentido, la reina Isabel II mal pudo competir con esa trasnochada reencarnación de la Pérfida Albión que fue Mrs. Thatcher. Ni el caricaturesco príncipe Carlos con Lady Di, de prosapia Spencer, incomparablemente más antigua y más inglesa.

Actualmente se suele opinar que los hooligans futboleros "no parecen ingleses".