Cuando se estudia la biblia desde un punto de vista "científico" empiezan a aparecer muchas lagunas que no pueden de modo alguno conciliarse si se toman al pie de la letra las escrituras. Veo con un poco de desilusión que a pesar de que la gran mayoría de los creyentes en la biblia no la leen o la entienden en forma literal, no es motivo para que los no creyentes critiquen la biblia como si todos los creyentes fueran fundamentalistas o integristas según el termino propuesto por la RAE para definir a los fundamentalistas en forma más general quitándole un poco el uso peyorativo que se le venía dando a esta palabrita.
Así he visto mensajes escritos en este foro que preguntan, argumentan u opinan cosas de la biblia, tomando literalmente los pasajes, y todavía se atreven a decir que los están interpretando. Inventaré un nuevo término para describirlos "Ateos fundamentalistas" o para estar más acordes con la RAE "Ateos integristas" 
Pues bien, estos ateos integristas van tomando ciertos pasajes y al igual que algunas sectas cristianas omiten intencionalmente el contexto, después lo pasan por el microscopio de la ciencia y concluyen que lo dicho es falso. Si bien la mayoría de los textos bíblicos que se presentan en este foro para criticar la Biblia son los mismos que aparecen en cualquier foro de debates Ateos VS creyentes, dan la impresión de que a diferencia de los creyentes, están pensando por sí mismos y no simplemente copiando incluso robando ideas textuales de otros lugares…
Respecto a ¿Qué argumentos son válidos para los ateos integristas? Va dependiendo de ateo a ateo, para algunos no existen argumentos que valgan más que los propios y confunden gravemente el “dar un argumento” con el “afirmar algo” para otros cualquier argumento que no esté basado en primicias científicas no es válido, para estos un argumento incluso filosófico o basado en la experiencia carece de validez. Cabe mencionar aquí, que para un creyente es sumamente difícil argumentar a favor de sus creencias aplicando la ciencia, ya que esta no es su ámbito de estudio, lo mismo sucede aunque no tan obvio que Dios no es ámbito de estudio de la ciencia.
La ciencia hasta la fecha no pretende ser explicativa, es en esencia descriptiva, solo puede describir los fenómenos si estos pueden ser medidos directa o indirectamente. Cosas abstractas como el pensamiento, Dios, moral, etc., no están en el ámbito de la ciencia porque esta carece de medios para estudiarlos. Y aunque existen ramas de la ciencia que se dedica a estudiar estos temas, para las ciencias formales no son más que pseudo-ciencias, cuyas conclusiones son caprichosas más que verdades.
Si esperan que los creyentes demos argumentaciones científicas, que satisfagan totalmente a los ateos, mucho me temo que seguirán esperando. Si fuera posible, ya lo habrían hecho muchos creyentes antes y entonces supongo que no abría muchos ateos y estas discusiones se abrían terminado hace tiempo.
Si hablo de fe, empiezan inmediatamente con la letanía de que la fe es tan infantil como la misma creencia de Dios, o bien que es el camino fácil para explicar lo que no tiene explicación etc. etc. Si hablo de inquietud, de sentido de la vida, de una punzante necesidad a lo espiritual, contestan que todo eso es debido al lavado de cerebro, a la ignorancia, a la cobardía, etc. etc.
Por otro lado, en este foro sucede algo curioso. Nadie habla mal de la ciencia ni de los científicos, nadie habla mal de los ateos. El que abrió el foro insiste en que participemos en el tema para el que fue abierto. Uno que otro insisten en que, por motivos de fuerza mayor… jejeje tienen la obligación de iluminar a los pobres de razonamiento que somos los creyentes y que no perdamos el tiempo en estos temas ya que el tema principal ya está resuelto, así, si Dios no existe, para que hablar de sus propósitos.
Digamos que ya está demostrado que no se puede probar “científicamente” la existencia ni la inexistencia de Dios. Creo que estos humildes servidores creyentes no haremos lo imposible y pido disculpas por ello.
Un saludo. Y gracias por su atención.
