“Todos los que han sido llamados en mi nombre"
El Padre nos recomienda vivir en seguimiento del Verbo, no porque tuviera necesidad de nuestro servicio sino para procurarnos la salvación. Porque, seguir al Salvador es tener parte en la salvación, como seguir a la luz es tener parte en la luz. No son los hombres los que hacen resplandecer la luz sino que son ellos los iluminados, los que resplandecen por la luz. Los hombres nada pueden añadir a la luz, sino que la luz los ilumina y los enriquece.Lo mismo ocurre con el servicio que rendimos a Dios. Dios no tiene necesidad de nuestro servicio y nada le añade a su gloria. Pero aquellos que le sirven y le siguen reciben de Dios la vida, la incorruptibilidad y la gloria eterna. Si Dios invita a los hombres a vivir en su servicio, es para poder otorgarnos sus beneficios, ya que él es bueno y misericordioso con todos. Dios no necesita nada; en cambio el hombre necesita de la comunión con Dios. La gloria del hombre consiste en perseverar en el servicio de Dios. Por esto dijo el Señor a los apóstoles: “No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os elegí a vosotros.” Con ello indica que no somos nosotros los que le glorificamos con nuestro servicio, sino que por haber seguido al Hijo de Dios, somos glorificados por él... Es de ellos de quien dice Dios por boca de Isaías: “Desde Oriente traeré a tu estirpe, te reuniré desde Occidente... haz venir a mis hijos desde lejos, y a mis hijas del extremo de la tierra, a todos los que llevan mi nombre, a los que creé para mi gloria”
“Mi alegría ha sido colmada. Hace falta que Él crezca y yo disminuya”
Juan afirmó lo que vosotros oísteis, cuando le contaron, para excitar sus celos, que Jesús hacía muchos discípulos. Sus amigos le dicen, como si el fuera envidioso: " Jesús tiene más discípulos que tu". Pero Juan había reconocido lo que era; y por eso, mereció estar unido con Cristo, porque no se atrevió a atribuirse lo que era de Cristo. He aquí lo que dice: "un hombre no puede atribuirse nada, salvo lo que ha recibido del Cielo "... Él no obtiene la alegría de sí mismo. El que quiera encontrar la causa de su alegría en sí mismo, estará siempre triste; pero el que quiera encontrar su alegría en Dios, estará siempre alegre, porque Dios es eterno. ¿Quieres tener una alegría eterna? Átate al que es eterno. Esto es lo que hizo Juan.Es la voz del esposo lo que alegra al amigo del esposo, y no su propia voz; se mantiene en pie y escucha... "Esta es mi alegría, y me siento colmado. Tengo mi propia gracia, no deseo nada más, por miedo a perder lo que he recibido." ¿Cuál es esta alegría? "Se llena de alegría al oír la voz del esposo." Que los hombres comprendan pues, que no deben regocijarse de su propia sabiduría, sino de la que han recibido de Dios. Que no busquen otra cosa, y así no perderán lo que han encontrado... Juan reconoció que lo había recibido todo; dijo que estaba alegre a causa de la voz del esposo, y añadió: "mi alegría está colmada".
Jesús extendió la mano y la tocó
"Cristo al entrar en el mundo dice: ' no quiero sacrificios, ni ofrendas, pero me has dado un cuerpo. Entonces dije: aquí estoy para hacer tu voluntad '¿Es verdad que para salvarnos de nuestra miseria y para conquistar nuestro amor, Dios quiso hacerse hombre? Tan cierto como que es un artículo de fe: "por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se hizo a hombre" Sí, esto es lo que Dios hizo para que le amáramos... Es así como quiso manifestarnos el gran amor que nos tiene: "la gracia de Dios nuestro Salvador se manifestó a todos los hombres" "El hombre no me ama, parece haber dicho el Señor, porque no me ve. Voy a hacerme visible, a conversar con él, de este modo, seguramente me amará": "apareció sobre la tierra, y conversó con los hombres" El amor de Dios por el hombre es inmenso, inmenso desde toda la eternidad: "con amor eterno te amé; por eso prolongué mi misericordia para contigo" Pero todavía no habíamos visto cuán grande e incomprensible era; cuando el Hijo de Dios se hizo contemplar bajo la forma de un niño acostado sobre paja en un establo, verdaderamente se manifestó: "Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor para los hombres" " La creación del mundo, observa san Bernardo, hizo resplandecer el poder de Dios, el gobierno del mundo, su sabiduría; pero la encarnación del Verbo hizo estallar su misericordia ante todos los que le miran"... "Despreciando a Dios, dice san Fulgencio, el hombre se había separado de él para siempre; y como el hombre ya no podía regresar a Dios, Dios se dignó venir a encontrarle sobre la tierra". Santo Agustín ya había dicho: "no podíamos ir al médico; por eso el médico tuvo la bondad de venir hasta nosotros".
"El Espíritu del Señor está sobre mí"
El Espíritu de Dios está en mi corazón, me llamó y me puso a su lado. Comprendí lo que debo hacer, lo que debo hacer"Él me ha enviado a llevar la buena noticia a los pobres, a decir a los cautivos que nunca más estarán encarcelados, a decirles a los ciegos que pueden ver, y dar la libertad a los oprimidos,y a decir a todos la noticia de que el reinado de Dios ha llegado, y a decir a todos la noticia de que el reinado de Dios ha llegado. "No lleves gran cosa en tu equipaje, no vale la pena llevar dos camisas. El trabajador puede ganar lo que le hace falta,puede ganar lo que le hace falta.No te inquietes por lo que tendrás que decir, no te inquietes, porque aquel día el Espíritu de Dios hablará en tu corazón, hablará en tu corazón.
“Paz a vosotros, no temáis, soy yo”
Mi alegría es el Señor y mi impulso va hacia Él, la ruta es bella, porque tengo quien me auxilia, el Señor.Él me ha dejado conocerlo por completo, sin reparos, sencillamente, y con bondad se ha despojado de Grandeza.Él se ha hecho como yo a fin de que yo pudiera conocerlo:Por el aspecto se hizo semejante a mí para que así yo pudiera revestirme de Él.Y por eso no temblé cuando lo ví, porque Él fue bondadoso conmigo.Se hizo según mi naturaleza para que yo pudiera aprender de Él,y tomó una forma semejante a la mía con tal de que no me alejara de Él.El Padre de todo Conocimiento es también la Palabra del Conocimiento,quien creó toda Sabiduría es más sabio que sus obras.Él que me ha creado, cuando aún yo no existía todavía,ya sabía lo que yo iba a hacer cuando existiera.Por eso se apiadó de mí, y en su infinita misericordiame concedió pedirle y beneficiarme de su sacrificio.Porque Él permanece incorruptible por todas las generaciones.Él se ha entregado a sí mismo para ser visto por aquellos que son suyos, para que ellos puedan reconocer a Aquel que los Creó, y no imaginaran que venían de ellos mismos.Para alcanzar su Conocimiento Él nos ha señalado un camino, y lo ha extendido y ensanchado para traer a todos la Perfección,Y ha puesto en él señales de su Luz, y yo he caminado en este camino desde el principio y lo haré hasta el fin.Por Él fue forjado, y Él descansaba en el Hijo, y para Su Salvación proveerá de todo.Y el Altísimo será reconocido a través de sus Santos, para anunciar a los que le hacen canciones la venida del Señor:Para que ellos vayan delante a reunirse con Él, y puedan cantarle con alegría y con el arpa de muchos tonos:Los profetas vendrán antes de Él y serán vistos primero,Ellos alabarán al Señor por Su Amor: por que Él está cerca y es posible contemplarlo,Y el odio será arrancado de la tierra, y será ahogado junto con la envidia.Pues la ignorancia ha sido destruida, gracias al Conocimiento del Señor que ha llegado.Aquellos quienes hacen melodías cantarán la Gracia del Señor Altísimo,y traerán sus voces, y sus corazones serán como el día, y bello como la excelsa belleza del Señor será su cantar,y nadie ni nada que respire carecerá de conocerle y nadie será privado de voz,porque Él ha dado una boca a su Creación, para que sus voces se dirijan a Él y lo alaben.
La multiplicación de los panes
Observemos el abandono confiado de los discípulos a la providencia de Dios en las necesidades más grandes de la vida y su desprecio hacia una existencia lujosa: eran doce y tenían sólo cinco panes y dos peces. No se preocupaban de las cosas del cuerpo; se dedicaban con celo a las cosas del alma. Es más, no guardaron para ellos estas provisiones: se las dieron en seguida al Salvador cuando se las pidió. Aprendamos de este ejemplo, a compartir lo que nosotros tenemos con los que están necesitados, aunque tengamos poco. Cuando Jesús les pide los cinco panes, no dicen: "¿qué nos quedará para más tarde? ¿De dónde sacaremos lo que nos hace falta a nosotros?" Obedecen en seguida...Tomando pues los panes, el Señor los partió y les confió a los discípulos el honor de distribuirlos. No quería solo honrarlos con este santo servicio, sino que quería que participaran en el milagro, para que fueran testigos bien convencidos y no olvidaran lo que habían visto con sus ojos... Por ellos hace sentar a la gente y distribuye el pan, con el fin de que cada uno de ellos pueda dar testimonio del milagro que se realizó entre sus manos...Todo en este acontecimiento - el lugar desierto, la tierra desnuda, poco pan y pescado, la distribución de las cosas sin preferencia, cada uno que tiene tanto como su vecino - todo esto nos enseña la humildad, la frugalidad, y la caridad fraterna. También amarnos unos otros, tenerlo todo en común entre los que sirven al mismo Dios, es lo que nos enseña nuestro Salvador aquí.
"Sobre los que vivían en un país de sombra y de muerte, una luz brilló"
"Hoy, Señor, te has manifestado al mundo, y tu luz nos ha iluminado, por eso, reconociéndote, elevamos a ti nuestro himno: Has venido, has aparecido, luz inaccesible""Dios, con su santa voz llamó al desobediente: ¿Dónde estás, Adán?¡Quiero verte! Aunque estés desnudo, aunque seas pobre, no te avergüences, porque yo me he hecho semejante a ti. Tu que querías llegar a ser Dios no lo has conseguido: yo me he hecho carne”. Entonces, reconóceme y dí: Tú has venido, has aparecido, luz inaccesible "...En la Galilea de los gentiles, en el país de Zabulón y la tierra de Neftalí como dijo el profeta, Cristo, la gran luz, ha resplandecido); para los que habitaban en tinieblas, una gran luz brilló, brotando de Belén. El Señor nacido de María, el Sol de justicia, difunde sus rayos por el universo entero "Por esto nosotros, desnudos hijos de Adán, reunámonos todos, revistámonos de Él para recibir su calor! Como reparación para los desnudos y luz para cuantos están en la tiniebla Tú has venido, has aparecido, luz inaccesible"."Aplaude, apláudele, oh Adán; ¡adora a aquel que te sale al encuentro! Mientras tú te retraías, Él se ha mostrado para que tú pudieses verlo, tocarlo y recibirlo. Él desciende a la tierra para portarte allá arriba, él se hace mortal para que tú te hagas dios y seas revestido de la dignidad primitiva, para reabrir el Edén ha puesto su morada en Nazaret". Por todo esto, canta, hombre, canta y alaba al que se manifestó e iluminó a todo el universo.
Sigamos a los magos
Levantémonos, siguiendo el ejemplo de los magos. Dejemos que el mundo se desconcierte; nosotros corramos hacia dónde está el niño. Que los reyes y los pueblos, que los crueles tiranos se esfuercen en barrarnos el camino, poco importa. No dejemos que se enfríe nuestro ardor. Venzamos todos los males que nos acechan. Si los magos no hubiesen visto al niño no habrían podido escaparse de las amenazas del rey Herodes. Antes de poder contemplarlo, llenos de gozo, tuvieron que vencer el miedo, los peligros, las turbaciones. Después de adorar al niño, la calma y la seguridad colmaron sus almas...¡Dejad, pues, vosotros también, la ciudad sumida en el desorden, dejad al déspota comido por la crueldad, dejad las riquezas del mundo, y venid a Belén, la casa del pan espiritual! Si sois pastores, venid y veréis al niño en el establo. Si sois reyes y no venís, vuestra púrpura no os servirá de nada. Si sois magos, no importa, no es impedimento con tal que vengáis para presentar vuestra veneración y no para aplastar al Hijo del Hombre. Acercaos con espanto y alegría, dos sentimientos que no se excluyen...¡Postrándonos, soltemos lo que retienen nuestras manos! Si tenemos oro, entreguémoslo sin demora, no rehuyamos darlo...Unos extranjeros emprendieron un tan largo viaje para contemplar a este niño recién nacido. ¿Qué excusa tenéis para vuestra conducta, vosotros, que os echáis atrás ante el corto camino de ir a visitar al enfermo a al prisionero? Ellos ofrecieron oro. Vosotros dais pan con harta tacañería. Ellos vieron la estrella y su corazón se llenó de alegría. Vosotros veis a Cristo en una tierra extranjera, desnudo ¿y no os conmueve?
“Veréis los cielos abiertos”
Si basta con ver a dos o tres reunidos en tu nombre aquí abajo para verte, a ti, en medio de ellos¿qué decir sobre el lugar donde has reunido a todos los santos que " sellaron tu Alianza con sus sacrificios " y que llegaron a ser "como el cielo que proclama tu justicia"? Tu discípulo amado no fue el único en encontrar el camino que lleva a los cielos; no sólo a él se le mostró una puerta abierta en el cielo. En efecto, lo dijiste a todos con tu propia boca: "yo soy la puerta. Si alguien entra por mí, se salvará" Tú eres pues la puerta, y, según lo que añades después, abres a todos los que quieren entrar. ¿Pero para qué nos sirve ver una puerta abierta en el cielo, nosotros que estamos sobre la tierra, si no tenemos el medio para subir allá? San Pablo nos da la respuesta: "el que subió, es el mismo que bajó" ¿Quién es? El Amor.En efecto, Señor, es el amor que, de nuestros corazones, sube hacia ti porque es el amor que, de ti, descendió hasta nosotros. Porque nos amaste, descendiste hacia nosotros; amándote, podremos subir hasta ti. Tú que dijiste: "yo soy la puerta", ¡en tu nombre, por favor, ábrete delante de nosotros! Entonces veremos claramente de qué morada eres la puerta, y cuando y a quien abres.
«Vio a Jesús que pasaba...»
«Juan estaba allí, de pie, con dos de sus discípulos cuando Jesús pasaba.» Se trata de una postura corporal que traduce algo de la misión de Juan, de su vehemencia de palabra y de acción. Pero, según el evangelista, se trata también, más profundamente, de esta viva tensión, siempre presente entre los profetas. Juan no se contentaba de desempeñar exteriormente su papel de precursor. El guardaba en su corazón el vivo deseo de ver a su Señor a quien había reconocido en el bautismo... Sin duda alguna, Juan tendía hacia el Señor con todo su ser. Deseaba verlo de nuevo, porque ver a Jesús era la salvación para quien le confesaba, la gloria para quien lo anunciaba, la alegría para quien lo mostraba. Juan se tenía de pie, alerta por el deseo profundo de su corazón. Se mantenía de pie, esperaba a Cristo todavía disimulado en la sombra de su humildad...Con Juan estaban dos de sus discípulos, de pie como su maestro, primicias de aquel pueblo preparado por el precursor, no por él mismo, sino por el Señor. Viendo a Jesús que pasaba, Juan dice. «Este es el Cordero de Dios!» Prestad atención a las palabras de esta narración. A primera vista, todo parece claro, pero para quien penetra en el sentido profundo, todo se manifiesta cargado de significado y misterio. «Jesús pasaba...» Qué significa sino que Jesús vino a participar en nuestra naturaleza humana que pasa, que cambia. El, a quien los hombres no conocían, se da a conocer y amar pasando por en medio de nosotros. Vino en el seno de la Virgen. Luego, pasó del seno de su madre al pesebre y del pesebre a la cruz, de la cruz al sepulcro, del sepulcro se levantó al cielo... Nuestro corazón también, si aprende a desear a Cristo como Juan, reconocerá a Jesús cuando pase. Si le sigue, llegará como los discípulos al sitio donde mora Jesús: en el misterio de su divinidad.
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