Los Santos y Santas de Dios.
Alexia (Alicia) le Clerc (María Teresa de Jesús), Beata
Martirologio Romano: En la ciudad de Nancy, en Francia, beata María Teresa de Jesús (Alexia) Le Clerc, virgen, que, junto con san Pedro Fourier, fundó la Congregación de Canonesas Regulares de Nuestra Señora, bajo la Regla de san Agustín, para la educación de las jóvenes (1622).Fecha de beatificación: 4 de mayo de 1947 por el Papa Pío XII.
Nació el 2 de Febrero de 1576 en Remiremont (Francia), ducado de Lorena. Su familia ocupaba una posición destacada; pero es poco lo que sabemos de la vida de Alexia hasta los diecisiete años. A esa edad era una joven alta y hermosa, rubia, de constitución delicada, atractiva e inteligente; en una palabra, como lo hace notar Mons. Francis Gonne, Alexia era una joven sumamente espiritual.Ella misma, en uno de sus escritos, nos informa que se distinguía en la música y la danza, que era muy popular y que tenía muchos admiradores. Alexia deja entender que se envanecía de todo esto.A los diecinueve años tuvo el primero de los sueños que habían de jalonar su vida. Se vio en una iglesia, cerca del altar; a su lado se hallaba Nuestra Señora, vestida con un hábito religioso desconocido, hablándole: "Ven, hija mía, que yo misma voy a darte la bienvenida", le decía. Poco después, la familia Le Clerc fue a habitar a Hymont. Ahí encontró Alexia a San Pedro Fourier, que era vicario de una parroquia de Mattaincourt, en las cercanías. Un día que asistía a la misa en esa parroquia, Alexia oyó un ruido de tambor y vio al demonio que hacía bailar a los jóvenes "ebrios de alegría". En ese instante se operó la conversión de Alexia, quien nos dice: "Ahí mismo resolví no mezclarme con semejante compañía". En la Misa de Navidad de 1597, Alexia Le Clerc, Ganthe André, Isabel y Juana de Louvroir se consagraron públicamente a Dios, funadando, bajo la Regla de san Agustín, la Congregación de Canonesas Regulares de Nuestra Señora. En 1621, Alexia obtuvo permiso de renunciar al cargo de superiora local de Nancy, y entró en un corto período de extraordinaria paz, que fue el preludio de su muerte. Estaba enferma desde tiempo atrás. Los médicos la de clararon incurable, diagnóstico que desconsoló a todo Nancy, desde el duque y la duquesa de Lorena hasta las colegialas y los mendigos. San Pedro Fournier acudió a toda prisa a Nancy, pero no pudo penetrar en la clausura, hasta que el obispo le autorizó a ello. La oyó en confesión y la preparó para el paso "de la muerte a la vida". La beata se despidió solemnemente de la comunidad el día de la Epifanía, exhortando a sus religiosas al amor y la unión. El fin llegó el 9 de enero, después de una larga agonía. La beata no había cumplido aún los cuarenta y seis años.El Papa Pío XII la beatificó el 4 de Mayo de 1947.
Lorenzo Giustiniani, Santo
Martirologio Romano: En la ciudad de Venecia (hoy Italia), san Lorenzo Giustiniani, obispo, que ilustró a esta Iglesia con su doctrina de sabiduría eterna (1456).Fecha de canonización: 16 de octubre de 1690 por el Papa Alejandro VIII.
San Lorenzo nació en Venecia en 1381, y desde niño abrigó el deseo de ser santo. Cuando tenía diecinueve años sintió el llamado de Dios para consagrarse de manera especial a su servicio, y por revelación divina se entregó enteramente a la búsqueda de la ciencia y el amor de Dios. La fuerza de su resolución para seguir el tortuoso camino de la cruz quedó demostrada en la rigurosa severidad con que trataba a su cuerpo y la constante dedicación de su mente a los asuntos de la religión. En 1406, el santo recibió la ordenación sacerdotal. El fruto de su espíritu de plegaria y penitencia fue el conocimiento profundo de las cosas espirituales y los caminos interiores de la virtud, así como una gran destreza y una enorme prudencia en la dirección de las almas. Poco después de su ordenación fue nombrado preboste de San Jorge y, para instruir a sus discípulos, sólo trataba de inculcarles la más sincera humildad. En 1433, el Papa Eugenio IV nombró a San Lorenzo para la sede arzobispal de Castello, una diócesis que incluía parte de Venecia. Lo mismo como religioso que como prelado, fue admirable su piedad sincera hacia Dios y la grandeza de su caridad hacia los pobres. San Lorenzo dejó algunos escritos ascéticos muy valiosos; tenía setenta y cuatro años cuando escribió su último trabajo, titulado "Los Grados de Perfección". San Lorenzo falleció el 8 de enero de 1455, pero su recordación litúrgica se celebra el 5 de septiembre, día en el que recibió su consagración episcopal. Fue canonizado en 1690.
Beata Lindalva Justo de Oliveira, virgen y mártir, que siendo Hija de la Caridad de San Vicente de Paul, murió en defensa de su castidad como consecuencia de más de 40 puñaladas que le infligiera un interno del centro de salud en que colaboraba en Salvador de Bahía - Brasil. († 1993)
(1953 – 1993)Lindalva Justo de Oliveira nació 20 de octubre de 1953 en Sitio Malhada da Areia, en una zona muy pobre de Río Grande del Norte, Brasil. El padre de Lindalva, João Justo da Fé, un granjero viudo. Su segundo matrimonio fue con María Lúcia de Oliveira. La pequeña Lindalva fue la sexta de 13 niños nacido a la pareja. Lindalva fue bautizada el 7 de enero de 1954. Su familia no era pudiente, pero era rica en la fe cristiana. João mudó a su familia a Açu para que sus niños pudieran asistir a la escuela, y después de muchos sacrificios él consiguió comprar una casa donde la familia reside todavía hoy. Siguiendo el buen ejemplo de su madre, Lindalva demostró una inclinación natural hacia los niños más pobres y compartió mucho tiempo con ellos. A edad 12, Lindalva recibió su Primera Comunión, y durante sus años escolares ella estaba siempre contenta de ayudar al menos afortunado. Después, en 1979, mientras vivía con su hermano Djalma y su familia, en Natal, ella obtuvo el diploma de ayudante administrativo. De 1978 a 1988 ella tuvo varios trabajos en ventas al menudeo y como cajera en una estación de gasolina, enviando algo de su salario a casa para ayudar a su madre. Lindalva encontró tiempo para visitar, todos los días después del trabajo, el asilo de ancianos de la localidad. En 1982, mientras ayudaba amorosamente a su padre en los últimos meses de su enfermedad terminal, meditó en serio sobre su vida y decidió servir a los pobres. Se registró entonces en un curso de enfermería, pero también disfrutó esas cosas típicas de la juventud: hacer amistades, lecciones de guitarra y estudios culturales. En 1986 participó en actividades vocacionales de las Hijas de Caridad. Después de que recibió el Sacramento de Confirmación en 1987, Lindalva solicitó ser admitida por dicha congregación. En la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, 11 de febrero de 1988, ingresó al noviciado siendo su presencia moralmente edificante para sus compañeros por su alegría y la genuina preocupación por el pobres. Su carácter estaba marcado por una dulce disposición pero también por la sinceridad. En una carta a Antonio, su hermano alcohólico, escribió: "Piensa sobre esto y interiorízalo en ti. Yo oro muchísimo por ti y continuaré orando, y si es necesario haré penitencia para que seas capaz de revindicarte como persona. Sigue a Jesús, quien luchó hasta la muerte por los pecadores, dando hasta su propia vida, no como Dios sino como hombre, para el perdón de pecados. Debemos buscar refugio en Él; sólo en Él la vida merece la pena". Un año después su hermano dejó de beber. El 29 de Enero de 1991 Sor Lindalva fue asignada a atender a 40 pacientes terminales, todos hombres, en el centro de salud municipal en Salvador da Bahia. Emprendió las tareas más humildes y buscó servir a aquéllos que más sufrían tanto espiritual como materialmente animándolos a la recepción de los sacramentos. Sor Lindalva cantaba y oraba con ellos, e incluso pasó las pruebas de conducción para poderlos sacar a pasear. Durante Enero de 1993, un tal Augusto da Silva Peixoto, un varón de 46 años de edad, de un carácter irascible, usando una recomendación logró ser admitido en las instalaciones aunque él no tenía ningún derecho para estar allí. Sor Lindalva lo trató con la misma cortesía y respeta que a los otros pacientes, pero él se enamoró de ella. Ella se distanció prudentemente de él y era muy cuidadosa al tener que atenderlo. No obstante, él expuso explícitamente sus intenciones lujuriosas hacia ella. Una simple solución hubiera sido que Sor Lindalva dejara el lugar, pero su amor por los ancianos la hizo declarar, "prefiero verter mi sangre que dejar este lugar." Por el 30 de Marzo los acosos de Augusto se pusieron tan insistentes y aterradores que ella buscó la ayuda de un oficial de seguridad para frenar a este paciente desobediente. Aunque él prometió mejorar su actitud y conducta, se llenó de tal odio y venganza que desarrolló un plan asesino. El 9 de abril de 1993, Viernes Santo, Sor Lindalva tomó parte del Vía Crucis parroquial a las 4:30 por la mañana. Tipo 7 de la mañana regresó a su trabajo para preparar y servir el desayuno como lo hacía todos los días. Mientras ella servía el café Augusto se acercó y empujó un cuchillo de pescadero sobre su cuello. Cayó al suelo y llorando repetía varias veces "Dios me protege". Los pacientes corrieron buscando protección. Envuelto en un rapto demente Augusto la apuñaló 44 veces, "¡debí de haber hecho esto antes!".Tranquilizándose entonces de repente, se sentó en un banco, limpió el cuchillo en sus pantalones, lo tiró en la mesa y exclamó: "¡Ella no me quiso!", y volviéndose al doctor, dijo, "Puede llamar a la policía, no huiré; hice lo que tenía que hacer".Al día siguiente, Sábado Santo, el Cardenal Lucas Moreira Neves, O.P., Primado de Brasil, celebró el entierro de la hermana de 39 años de edad y comentó: "Unos pocos años fueron suficientes para que Sor Lindalva coronara su vida Religiosa con el martirio." El 2 de Diciembre de 2007 fue beatificada en San Salvador da Bahía (en el Estadio de Barradão) por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, delegado para este fin por Su Santidad Benedicto XVI.
Los Santos de Dios.
San Carlos de Sezze
Este humilde hermano franciscano escribió por orden expresa de sus superiores los recuerdos de hechos especiales que le sucedieron en su vida. Son los siguientes. Nació en 1620 en el pueblo italiano de Sezze. De familia pobre, cuando empezó a asistir a la escuela, un día por no dar una lección, el maestro le dio una paliza tan soberana que lo mandó a cama. Entonces los papás lo enviaron a trabajar en el campo y allá pensaba vivir para siempre.
Pero sucedió que un día una bandada de aves espantó a los bueyes que Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él con gravísimo peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el accidente, prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría religioso. Y milagrosamente quedó ileso, sin ninguna herida.
Entonces otro día al ver pasar por allí unos religiosos franciscanos les pidió que le ayudaran a entrar en su comunidad. Ellos lo invitaron a que fuera a Roma a hablar con el Padre Superior, y con su recomendación se fue allá con tres compañeros más.
El superior para probar si en verdad tenían virtud, los recibió muy ásperamente y les dijo que eran unos haraganes que sólo buscaban conseguirse el alimento gratuitamente,y los echó para afuera. Pero ellos se pusieron a comentar que su intención era buena y que deberían insistir. Y entraron por otra puerta del convento y volvieron a suplicar al superior que los recibiera. Este, haciéndose el bravo, les dijo que esa noche les permitía dormir allí como limosneros pero que al día siguiente tendrían que irse definitivamente. Los cuatro aceptaron esto con toda humildad, pero al día siguiente en vez de despacharlos les dijeron que ya habían pasado la prueba preparatoria y que quedaban admitidos como aspirantes.
En el noviciado el maestro lo mandó a que sembrara unos repollos, pero con la raíz hacia arriba. Él obedeció prontamente y los repollos retoñaron y crecieron. Después el superior del noviciado empezó a humillarlo y humillarlo. Él aguantaba todo con paciencia, pero al fin viendo que iba a estallar en ira, se fue donde el maestro de novicios a decirle que se volvía otra vez al mundo porque ya no resistía más. El sacerdote le agradeció que le hubiera confiado sus problemas y le arregló su situación y pudo seguir tranquilo hasta ser admitido como franciscano.
Ya religioso, un día entraron a la huerta del convento unos toros bravos que embestían sin compasión a todo fraile que se les presentara. El superior, para probar qué tan obediente era el hermano Carlos, le ordenó: "Vaya, amarre esos toros y sáquelos de aquí". El se llevó un lazo, les echó la bendición a los feroces animales y todos se dejaron atar de los cachos y lo fueron siguiendo como si fueran mansos bueyes. La gente se quedó admirada ante semejante cambio tan repentino, y consideraron este prodigio como un premio a su obediencia.
Para que no se volviera orgulloso a causa de las cosas buenas que le sucedían, permitió. Dios que le sucedieran también cosas muy desagradables. Lo pusieron de cocinero y los platos se le caían de la mano y se le rompían, y esto le ocasionaba tremendos regaños. Una noche dejó el fogón a medio apagar y se quemó la cocina y casi se incendia todo el convento. Entonces fue destituido de su cargo de cocinero y enviado a cultivar la huerta. A un religioso que le preguntaba por qué le sucedían hechos tan desagradables, le respondió: "Los permite Dios para que no me llene de orgullo y me mantenga siempre humilde".
Después lo nombraron portero del convento y admitía a todo caminante pobre que pidiera hospedaje en las noches frías. Y repartía de limosna cuanto la gente traía. Al principio el superior del convento le aceptaba esto, pero después lo llamó y le dijo: "De hoy en adelante no admitiremos a hospedarse sino a unas poquísimas personas, y no repartiremos sino unas pocas limosnas, porque estamos dando demasiado". Él obedeció, pero sucedió entonces que dejaron de llegar las cuantiosas ayudas que llevaban los bienhechores. El superior lo llamó para preguntarle: "¿Cuál será la causa por la que han disminuido tanto las ayudas que nos trae la gente?"
"La causa es muy sencilla –le respondió el hermano Carlos-. Es que dejamos de dar a los necesitados, y Dios dejó de darnos a nosotros. Porque con la medida con la que repartamos a los demás, con esa medida nos dará Dios a nosotros".
Desde ese día recibió permiso para recibir a cuanto huésped pobre llegara, y de repartir las limosnas que la gente llevaba, y Dios volvió a enviarles cuantiosas donativos.
Tuvo que hacer un viaje muy largo acompañado de un religioso y en plena selva se perdieron y no hallaban qué hacer. Se pusieron a rezar con toda fe y entonces apareció una bandada de aves que volaban despacio delante de ellos y los fueros guiando hasta lograr salir de tan tupida arboleda.
El director de su convento empezó a tratarlo con una dureza impresionante. Lo regañaba por todo y lo humillaba delante de los demás. Un día el hermano Carlos sintió un inmenso deseo de darle el golpe e insultarlo. Fue una tentación del demonio. Se dominó, se mordió los labios, y se quedó arrodillado delante del otro, como si fuera una estatua, y no le dijo ni le hizo nada. Era un acto heroico de paciencia.
¿Qué era lo que había sucedido? Que el Superior Provincial había enviado una carta muy fuerte al director diciéndole que le había escrito contándole faltas de él. Y éste al pasar por la celda de Carlos había visto varias veces que estaba escribiendo. Entonces se imaginó que era él quien lo estaba acusando. Su apatía llegó a tal grado que le hizo echar de ese convento y fue enviado a otra casa de la comunidad.
Al llegar a aquel convento el provincial, le dijo al tal superior que no era Carlos quien le había escrito. Y averiguaron qué era lo que este religioso escribía y vieron que era una serie de consejos para quienes deseaban orar mejor. El irritado director tuvo que ofrecerle excusas por su injusto trato y sus humillaciones. Pero con esto el sencillo hermano había crecido en santidad.
Las gentes le pedían que redactara algunas normas para orar mejor y crecer en santidad. El lo hizo así y permitió que le publicara el folleto. Esto le trajo terribles regaños y casi lo expulsan de la comunidad. El pobre hombre no sabía que para esas publicaciones se necesitan muchos permisos. Humillado se arrodilló ante un crucifijo para contarle sus angustias, y oyó que Nuestro Señor le decía: "Animo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el paraíso".
La petición más frecuente del hermano Carlos a Dios era esta: "Señor, enciéndeme en amor a Ti". Y tanto la repitió que un día durante la elevación de la santa hostia en la Misa, sintió que un rayo de luz salía de la Sagrada Forma y llegaba a su corazón. Desde ese día su amor a Dios creció inmensamente.
Al fin los superiores se convencieron de que este sencillo religioso era un verdadero hombre de Dios y le permitieron escribir su autobiografía y publicar dos libros más, uno acerca de la oración y otro acerca de la meditación.
El Papa Juan XXIII lo declaró santo en 1959.
Hoy inicio esta sección dedicada a todos los Santos de Dios, es una minibiografía de estas grandes personas a las ke la Iglesia Universal, honra y a la vez venera por sus vidas tan ejemplares. Trataré de poner a cada día el suyo.
La Biblia
ECLESIASTÉS
4 Opresión y desordenes
01
Yo volví mis ojos a todas las opresiones que se cometen bajo el sol: ahí están las lágrimas de los oprimidos, y no hay quien los consuele. La fuerza está del lado de los opresores, y no hay nadie que les dé su merecido.
02
Entonces tuve por más felices a los muertos, porque ya están muertos, que a los vivos, porque viven todavía;
03
y consideré más feliz aún al que todavía no ha existido, porque no ha visto las infamias que se cometen bajo el sol.
04
Yo vi que todo el esfuerzo y toda la eficacia de una obra no son más que rivalidad de unos contra otros. También esto es vanidad y correr tras el viento.
05
El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo.
06
Más vale un puñado con tranquilidad, que las dos manos bien llenas a costa de fatigas y de correr tras el viento.
07
Luego volví mis ojos a otra cosa vana bajo el sol:
08
un hombre está completamente solo, no tiene hijo ni hermano, pero nunca pone fin a su esfuerzo ni se sacia de ambicionar riquezas. Entonces, ¿para quién me esfuerzo y me privo del bienestar? También esto es vanidad y una tarea ingrata.
09
Valen más dos juntos que uno solo, porque es mayor la recompensa del esfuerzo.
10
Si caen, uno levanta a su compañero; pero ¡pobre del que está solo y se cae, sin tener a nadie que lo levante!
11
Además, si se acuestan juntos, sienten calor, pero uno solo ¿cómo se calentará?
12
Y a uno solo se lo domina, pero los dos podrán resistir, porque la cuerda trenzada no se rompe fácilmente.
13
Más vale un joven pobre y sabio que un rey viejo y necio, que ya no es capaz de hacerse aconsejar.
14
Aunque aquel salió de la cárcel para reinar y había sido pobre en su propio reino,
15
yo vi a todos los vivientes que caminan bajo el sol ponerse de parte del joven sucesor, que se erigió en lugar del otro.
16
Era una multitud interminable la que él encabezaba. Pero los que vendrán después tampoco estarán contentos con él, porque también esto es vanidad y correr tras el viento.
17
Vigila tus pasos cuando vayas a la Casa de Dios. Acércate dispuesto a escuchar, más bien que a ofrecer el sacrificio de los insensatos, porque ellos no se dan cuenta que obran mal.
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