considráis que ésta poesía es de índole maligna sólo porque en ella trato de increpar en la naturaleza humana?

Nuestras Misa Negras.

Cuando aún el amor no había abandonado nuestro sacro lecho y aun las mañanas eran alegradas por nuestras siluetas amacigadas en la cama. 

Cuando aun existía un lugar para dios en nuestras almas, era cuando y más que nunca, los demonios de la carne abrigaron nuestro amado hogar. 

¡Oh Hijos del instinto, de Lucifer! Que abandonáis mi alcoba para siempre. 
¿Cuándo podré de nuevo, susurrarle mis palabras necias y acariciar su cuello con mi aliento, para invitarla a mis festines descarados? 
¿Cuándo compartiré con otra, mis embates de lujuria descarriada? 
¿Cuándo retornarán los querubines del placer a nuestras infernales almas? 
¿Cuándo celebraremos de nuevo nuestras misas negras? 
¿Cuando me convertiré de nuevo en el genio de su lámpara? 
¿Y cuando sacrificaremos a Dionisio nuestras almas desbocadas? 
¿Quién como yo, profanará los castillos de tu alma donde tantas veces Baco añoró emborracharse sin mesura?
¿Quién derramará tus hostias y descubrirá el jardín de tus infancias? 
¿Quién amada, descubrirá las vírgenes que tus cielos guardaban para mí? 
¿Quién como yo liberará sus instintos frenéticos y aviesos? 
¿Quién, Como ella, me llevará al edén del pecado prometido? 


¿Quién tendrá licencia para desenfrenar nuestro lado más siniestro, regido por los brazos titánicos de un gran amor como lo fue el nuestro? 
¿Quién degollará nuestras infancias y bañado en sangre sembrará la vida? 
¿Quién te prostituirá, quién te sodomizará y quien dímelo tu, reventará los yugos del temor, para que santifiques hasta tu lado lésbico? 

¿Quién nos mostrará la otra cara de la moneda sin dañar a nadie? 

¡Venid a Mí hijos de Lucifer os lo demando! 
¡Alegrad de nuevo nuestras moribundas almas! 
¡Morad en nuestros corazones que hoy marchitos, se niegan a vivir! 
¡Retornad Os lo demando! ¿No veis que estoy muriendo? 
¡Habitad en las ruinas de nuestro amor! 
¡¡¡VUELVE OH SATÁN PARA CREER EN DIOS DE NUEVO!!!