10/08/2011 16:59
| Mi querido hermano ADiestefano, no puedo tener suficientes palabras para agradecer la tan valiosa labor que en este foro y en otros estás haciendo en defensa de nuestra arraigada fe cristiana, la fe cristiana que es tan odiada, tan repudiada, por los enemigos del Señor, de la moral cristiana, de las buenas costumbres que los cristianos hemos dado a un mundo que sin ellas se encontraría vacío de valores morales y lleno de maldad, egoismo y malignidad. Mi querido hermano, como muy bien planteas en tu cateo, que aquí algunos denominan con lamentable e innecesario anglicismo que me niego a repetir, es muy fina, apenas imperceptible, la línea que separa, si es que alguna vez han estado separados, al satanismo y la sumisión a los deseos del maligno, del ateismo, del paganismo, de los cultos enemigos de Dios, comenzando por el musulmán de la morería, o de las modernas ideologías materialistas, marxistas y masonas, que se olvidan de Dios cuando no lo persiguen abiertamente.
Mis muy queridos hermanos, vuelvo por hoy a estos foros que por desventura tan abandonados tengo, pese al gran hermanamiento que con algunos buenos cristianos de los que en estos foros defienden la Palabra Sagrada, revelada a los hombres por el Señor a través de la Sagrada Biblia, como son mi hermano ADiestefano, mi hermano Guaguero, mi hermano KPS, mi hermano Gerbacio, y mis hermanas Ramona y Lucía, esta última además que comparte nombre con una de mis predilectas santas, a la que a todos ustedes les aconsejo que recen, decía, vuelvo por estos foros para saludarles de nuevo y hacerles partícipes de que en la próxima semana viajaré a Madrid para participar, pese a mi provecta edad, en Jornadas de la Juventud, en las que hermanos de todo el mundo, de todas las razas, de todos los sexos, y de todas las edades, pero principalmente jóvenes, lo que es reflejo del ímpetu y de la vitalidad con que la fe se manifiesta entre los hombres, uniremos nuestras voces en oración para pedir a Dios por nosotros, por nuestra fe, por nuestras sagradas creencias, y por el mundo que gracias a la generosidad del Padre Creador nos acoge, y al tiempo para hacerle ver, a Él y a la humanidad entera, porqué el bien lo sabe ya, que Su palabra no está perdida, que somos muchos, muchísimos, somos una mayoría, una mayoría en lo cuantitativo pero sobre todo una mayoría en lo cualitativo y en los valores morales, quienes acogemos Su Palabra como el más preciado de los dones que nos adornan, como el más bello de os bienes que nos han sido entregados, somos una mayoría quienes conservamos la fe y estamos dispuestos a mostrarla sin miedo a los agresivos laicistas que en este país existen. Hermanos, de todas las nacionalidades, de todas las razas, de todas las edades, pero sobre todos jóvenes, de todos los sexos, les invito a asistir a Madrid y mostrar su fe en un Dios que no se olvida de nosotros.
Mis muy queridos hermanos, quiero hacerles partícipes de una hermosa carta que circula por la red, en la que el Sumo Pontífice, representante de Dios en la tierra instituido por Cristo, se dirige a los españoles, ante la inminencia de su viaje, y con ellos a todos los hermanos que quieren acogerle con los brazos abiertos en la capital española. Mis queridos hermanos, les copio a continuación sus palabras, que son estas:
Carta del Papa a los españoles.
Amadísimos hijos en Cristo: a punto de emprender ese anhelado viaje, tercero de mi humilde pontificado, a la tierra del apóstol Santiago, mis pensamientos están con vosotros. La emoción me embarga ante la idea de reencontrarme con ese pueblo que ha dado santos sin cuento a la Iglesia y sigue haciéndolo a medida que vamos canonizando a los mártires de vuestra Guerra de Liberación.
Me dice el cardenal Bertone, mi ministro de Asuntos Exteriores, para que me entendáis, que se escuchan críticas en España por el coste de este viaje apostólico y que algunos grupos masones aseguran que mejor estuvieran los millones de euros camino de Somalia en donde, al parecer, reina la hambruna. Pero, según me informa el cardenal Rouco Varela, vuestro pastor, esos millones, en realidad, servirían para comprar preservativos con los que los africanos seguirían en esa vida de promiscuidad contranatura que, en definitiva, los conduce después a las hambrunas. El modo de resolverlas, pues, no es dando dinero sino quitándolo, según reza el evangelio de Mateo.
Ya sé que Rouco Varela es visto en muchas partes como un clérigo ultramontano y hasta nacionalcatólico. Además se le reprocha que la Iglesia española esté expoliando el común en una especie de reamortización de innumerables bienes públicos. El justo milagro se hace a través de una hábil reforma de la Ley Hipotecaria de los tiempos de aquel gran adalid de la fe cristiana, nuestro amadísimo hijo Aznar. Debéis entender que, con el paso de los años, las almas piadosas que tanto han luchado en nombre de Cristo tienden a endurecerse, a hacerse intransigentes y codiciosas. ¿Qué queréis? Cristo eligió sus apóstoles entre hombres del común y los sacerdotes somos también hombres del común. Con la vejez, nos hacemos avariciosos.
Tengo entendido que hay grupos minoritarios de anarquistas, masones, perroflautas, okupas, antisistema, comunistas, homosexuales, relativistas, ecologistas, ateos y cristianos de base que protestan por mi visita y, si pudieran, la boicotearían. Por fortuna, las autoridades de la católica España están en primera fila para garantizar la seguridad, no de mi modesta persona, que presto estoy al martirio, sino de los millones de jóvenes que, procedentes de todo el mundo, traen a Madrid testimonio generoso de Dios vivo. Tendré ocasión de bendecir personalmente al Rey (que lo es de Jerusalén), al presidente del Gobierno, a algunos ministros y dirigentes políticos, probablemente también a nuestro vicario general parlamentario, José Bono y, desde luego, al aspirante al gobierno, Mariano Rajoy a quien no digo que votéis, pues el Reino al que represento no es de este mundo, pero a quien yo votaría si lo fuera.
Las autoridades no sólo celebran con mundano oropel nuestra visita sino que son muy útiles a la hora de garantizar el derecho del rebaño de Dios a ocupar la ciudad de San Isidro labrador y de reprimir los intentos de las minorías sectarias y diabólicas de impedirlo. La delegada del Gobierno en Madrid ha prohibido la manifestación muy justamente llamada antipapa y le ha ofrecido un trayecto alternativo que no se diferencia mucho del que se solicitaba. Un error que seguramente se debe a su condición de mujer, ser imperfecto. Según el cardenal Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, hombre de recio juicio, lo suyo hubiera sido que el trayecto alternativo consistiera en dar vueltas a la Plaza de Castilla, en honor al protomártir de vuestra cruzada, Calvo-Sotelo, cuya estatua sigue abriendo el paseo de la Castellana. Desconozco el urbanismo de Madrid pero, si lo dice Cañizares, será justo y cristiano.
Bertone me avisa de que ha negociado con las autoridades su apoyo a cambio de mi silencio en asuntos del mundo en vuestro país. Pero esa es una condición de imposible cumplimiento y, por lo tanto, no me obliga ya que el pastor se debe a su rebaño, a vosotros, amadísimos hijos de España, a quienes estoy obligado a tranquilizar y fortalecer en vuestras convicciones sobre el derecho absoluto a la vida y la condena del aborto y la eutanasia que vuestro gobierno radical y homicida promueve. También sobre el derecho de los cristianos a no compartir el sacramento del matrimonio con los homosexuales que, de acuerdo, quizá no sean delincuentes, pero son unos degenerados. Igualmente sobre el control de la natalidad, el anticlericalismo trasnochado rampante, el relativismo de las costumbres y la falta de respeto al clero, al que amplios sectores de la sociedad mira con repugnancia por considerarlo proclive a la pederastia. Una doctrina ésta directamente inspirada por Satanás.
Sé que la capital del reino lleva casi tres meses en una especie de estado de excepción, con cientos, a veces miles de jóvenes por las calles y plazas en el movimiento que llaman del 15-M. Son almas descarriadas que, habiendo perdido a Dios, lo buscan a tientas en la noche oscura del alma. Plegue al Señor iluminar su camino con mi presencia y que se acerquen a la misa solemne que oficiaré a recibir Su gracia. Si no es así, que Él se apiade de ellos. Nos seguiremos incluyéndolos en nuestras oraciones.
Esta Jornada Mundial de la Juventud, tan necesaria para reorientar al camino de la verdad a la juventud en una época de materialismo y libertinaje, supone una gran esfuerzo para la Iglesia en general y la española en particular y, aunque es cierto que, fieles a los votos franciscanos, todos daríamos todo por la evangelización del mundo, aquella atraviesa momentos de dificultad y estrechez a causa de las políticas laicistas del gobierno socialista. Es urgente que colaboremos en el mantenimiento de estas gloriosas jornadas aportando cada uno lo que pueda. En todas partes tendréis puestos convenientemente señalados en los que podréis depositar vuestro óbolo en cualquier moneda convertible. En breve os haré llegar el número de la cuenta corriente en la que pueden hacerse los ingresos y la página web para tramitarlos por la red.
Recibid, hijos, mi bendición apostólica con un paternal saludo.
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