Mi querido hermano Pancho Puskas, no tengo suficientes palabras de agradecimiento a la tan cristiana labor que haces manteniendo viva la llama de este foro que tiene por origen y finalidad la loa de la palabra de Nuestro Señor. Es de agradecer que difundas y nos hagas llegar el mensaje que Nuestro Señor destinó a los hombres para que conocieran su Palabra. Además, tengo que decir que me parece que has optado por una solución tan inteligente como diplomática cuando optas por el método de traernos vídeos que ilustran la palabra de Nuestro Señor. Y lo es por dos motivos, de los que ninguno me parece despreciable. Hermano, en primer lugar me parece que aciertas con esta metodología porque es bien sabido que el impacto del mensaje es mayor del que sería con un simple texto. Ya dice el saber popular, que es un saber sin ninguna duda inspirado por Nuestro Señor, que más vale una imagen que un millar de palabras. Es el primer motivo por el que me parece una idea acertada.

Y, hermano, el segundo motivo no es otro que el de tu otras veces precaria ortografía, aunque bien sé que no es por ignorancia sino por tu propia y rebelde voluntad. Mas con la opción utilizada salvas con suma brillantez este escollo, hermano, porque el vídeo permite que no tengas que añadir tu propio texto, y con este tan sutil procedimiento evitar que salgan a la luz esas faltas de ortografía. Es una tan brillante concepción que sólo a tí, mi querido amigo, y sin duda inspirado por Nuestro Señor, se te podría haber ocurrido.

Mi querido hermano, con tan pía tarea estás haciendote acreedor de las mejores bendiciones de Nuestro Señor.

Acabo de enterarme de ke nuestra hermana Vidabella, está pasando por una delicada intervención kirúrgica. La enviamos desde akí todo nuestro cariño y respeto.

Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos quisiste asumir nuestra condición humana, mira con piedad a Vidabella., que está enferma y necesita ser curada en el cuerpo y en el espíritu.

Reconfórtala con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar todos sus males; y, ya que has querido asociarla a tu Pasión redentora, haz que confíe en la eficacia del dolor para la salvación del mundo.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.