09/03/2013 23:41
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El sabor del primer beso me había decepcionado, como la fruta que se prueba por primera vez. Los mayores placeres no están en la novedad sino en la costumbre. Unos minutos más tarde, no solamente me había habituado ya a su boca, sino que no podría prescindir de ella jamás. ¡Y precisamente entonces ella hablaba de privarme de sus labios para siempre!
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