Tampoco a mí me gustó leer El Quijote.
Y detesto -porque no está exento de razón- el estereotipo de quijote que acompaña a todo español. Pero..., Cervantes es parte de nuestro patrimonio cultural y lo defenderé con saña si es necesario. Sobre todo lo defenderé ante quienes se atreven a manifestar que "España huele a ajo".
Me enervan los ingleses que desprecian los valores que, por presuntuosos y prepotentes, jamás lograrán entender ni, por supuesto, poseer algún día.
Por mis venas corre sangre quijotesca y también, por qué no decirlo, “torrentesca”.
Bueno, yo no creo que leer el Quijote deba tomarse como algo obligatorio, que es lo que piensan los que afirman haberlo leído sin ir más allá de los dos capítulos que se ven en clase. Pero sí creo que la obra de Cervantes debe ser conocida y estudiada, así como la de Velázquez, por seguir con el ejemplo. La mayoría de la gente ve Las Meninas y dice “ah, bonito y paciente perro, curiosa enana, cabezona infanta” y otros profundizan en la obra. Las obras de arte, en el más amplio sentido de la palabra, deben estar ahí, al alcance y a la vista de todos. Lo que cada uno haga con ellas ya es personal, eso ni les resta ni les suma, a las obras, al espectador o lector sí.
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