Abrióle, y lo primero que halló en él escrito como en borrador, aunque de muy buena letra, fue un soneto, que leyendo alto, porque Sancho también lo oyese, vio que decía de esta manera:
O le falta al amor conocimiento, o le sobra crueldad, o no es mi pena igual a la ocasión que me condena al género más duro de tormento.
Pero si amor es dios, es argumento, que nada ignora, y es razón muy buena que un dios no sea cruel; pues ¿quién ordena el terrible dolor que adoro y siento?
Si digo que sois vos, Fili, no acierto, que tanto mal en tanto bien no cabe, ni me viene el cielo esta ruina.
Presto habré de morir, que es lo más cierto que al mal de quien la causa no sabe, milagro es acertar la medicina.
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