Hazme pequeña, dulce Jesús mío, para contemplar tu Rostro Divino con la inocencia de un niño y así darte alivio y todo mi amor.
Hazme fuerte, Querido mío, para aceptar que en esta Faz desfigurada llevas mis miserias que son tantas y debo yo repararlas, ofrecerlas y entregartelas para así arrancar sonrisas de tu Semblante de Paz.
Jesús Nazareno, hazme Cirineo de tu Madero, reparando en tus Dolores, acompañando tu sentir y valiente para comprender que aceptando las cruces diarias me uno a la Tuya quitando de Ella astillas que te hacen sufrir.
Hazme dócil y obediente a tus Designios de amor para que fiel a Ellos consuele tu Corazón, Señor.
Dame Calma y hazme alma presurosa de salir a tu Encuentro como paño y lienzo en los demás descubriendo en sus corazones el Tuyo sediento de consuelo, de amor y de paz.
Hazme nueva para que, de ahora en más, llegue a ser brisa fresca conforme a tu Divina Faz.