Al verte clavado en la cruz, reconozco el infinito amor con que derramaste tu sangre por mí, para devolverme la vida y darme eterna luz. Quiero unirme a tu cruz, aceptando con amor los sufrimientos que trae la vida y ofrecerlos por la salvación del mundo.

Guíame por caminos de bendición y prosperidad, dame la fuerza y la sabiduría para aceptar que siempre habrá un nuevo día, lleno de esperanza. Tú mejor que nadie conoces mis anhelos, conoces lo que mejor para mi vida y por eso confío en ti y acepto cada uno de tus planes en este nuevo mes. Así sea.