bla bla bla bla blaYa no estoy tan feliz porque viene el fin de semana y, con él, llega la avalancha de conversaciones anodinas con los amigos, con su exuberante oferta de ensayos filosoficos, y discusiones intelectuales, y debates sobre las asuntos cruciales de nuestros días. Amigos, sí, que no son otra cosa que una sarta de sabandijas escépticas de talante esquivo y socarrón cuya amistad el destino me ha deparado, o a la cual me ha condenado. Es hora de que los aliens y los espíritus que dominan mis tripas y demás engranajes actúen y terminen por minar mis deseos de SOCIALIZACIÓN.