La
historia de la odontologia maya se extendió por el sur del Yucatán, parte de Guatemala y Honduras entre los siglos IX y III a.C. con una civilización que no consumía azúcar y que su sociedad tenía la costumbre de lavarse los dientes después de las comidas. Sin embargo, este pueblo no estuvo exento de caries dental desde los tiempos más remotos.
Según los vestigios encontrados, los mayas tenían la costumbre de aserrarse los dientes dejándolos como dientes de una sierra.
Esta práctica, que se realizaba mediante ciertas piedras abrasivas y denotaba galantería.
Pero si por algún vestigio arqueológico es conocida esta civilización es por su capacidad de realizar incrustaciones o mutilaciones dentales con piedras semipreciosas sin carácter médico.
Se cree que sus prácticas odontológicas tenían un carácter religioso y social, pero sobretodo estético y su tecnología era notable observando la preparación de la cavidad dental de las piezas a tratar.
Para los mayas sus dientes y su sonrisa tenían una gran importancia y denotaba rango social y belleza.